viernes, 17 de enero de 2020

EL ANACORETA Y EL PERDÓN


El discípulo fue al encuentro de su Maestro. Estaba preocupado:
- Mi padre era un maltratador. Pegaba a mi madre y nos pegaba a todos en casa. Siempre he intentado perdonarle pero no logro olvidar el mal que nos hizo.
El Anacoreta miró con cariño a su discípulo y tomándole del brazo le dijo:
- "Perdono, pero no olvido". Esta frase se presta a confusión. Todos aquellos que la dicen con rabia...no es cierto que hayan perdonado.
Luego miró con afecto a los ojos al discípulo y prosiguió:
- Los que la dicen con tristeza, como tú, sí están perdonando. Porque perdonar exige el recuerdo. Tu padre os hizo daño y eso no puedes borrarlo de tu vida. Pero precisamente, la grandeza del perdón está en que lo das, aunque la herida o la cicatriz queden ahí para recordarte el mal que te hicieron. Perdonar, el auténtico perdón, no es un acto. Es un proceso que vamos realizando día a día.
Luego, mirando al horizonte añadió:
- Lo que es absolutamente necesario para perdonar, es conseguir un espacio interior de paz...para poder asumir el dolor. Poe eso, los que dicen esa frase con rabia, están aún lejos del perdón. No tienen paz.
Y ambos se quedaron mirando las nubes de polvo  que el viento levantaba en el desierto... 

3 comentarios:

  1. Lo que es absolutamente necesario para perdonar, es conseguir un espacio interior de paz...para poder asumir el dolor. Poe eso, los que dicen esa frase con rabia, están aún lejos del perdón. No tienen paz.
    Y ambos se quedaron mirando las nubes de polvo que el viento levantaba en el desierto...

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  2. Me parece preciosa la frase "perdonar exige recuerdo"
    Recuerdo del dolor por el mal recibido y al mismo tiempo pedirle al Señor,la fuerza para perdonar.
    Muchas gracias.

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  3. Saludos y bendiciones.
    Así es, apreciado amigo. El perdón es ese amor que abraza tu alma, sin que el recuerdo de el hecho concreto, te siga entristeciendo o apretando la vida.
    Dios te bendiga.

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