miércoles, 15 de enero de 2020

LUCHAR CONTRA EL MAL


"Cuando salieron de la sinagoga, Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre. Se lo dijeron a Jesús, y él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Al momento se le quitó la fiebre y se puso a atenderlos.
Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol, llevaron ante Jesús a todos los enfermos y endemoniados, y el pueblo entero se reunió a la puerta. Jesús sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente y expulsó a muchos demonios; pero no dejaba hablar a los demonios, porque ellos le conocían.
De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar apartado. Simón y sus compañeros fueron en busca de Jesús, y cuando lo encontraron le dijeron:
– Todos te están buscando.
Él les contestó:
– Vayamos a otros lugares cercanos a anunciar también allí el mensaje, porque para esto he salido. 
Así que Jesús andaba por toda Galilea anunciando el mensaje en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios." 

Jesús, curando a la suegra de Pedro, nos indica el camino: luchar contra el mal. Una lucha de Amor, de Vida. Tender la mano al que sufre, al enfermo, al perseguido...Levantarlos.
"El mal no se encuentra solamente en las estructuras sociales, políticas, culturales o religiosas. También está presente en las personas, las domina, las oprime, las derrota, las enferma. Pero solo quien tiene la firme convicción puede tender una mano para ayudar a levantarse ante quien se encuentra postrado por la pobreza, la injusticia, la violencia o la corrupción que son las graves enfermedades que hoy aquejan al mundo contemporáneo, es capaz de ayudar a ponerse en pie a todas las personas y comunidades oprimidas por las estructuras de poder. Una mujer y, seguramente "anciana”, aquejada por una fiebre que la tiene postrada es objeto del poder misericordioso y liberador de Jesús. La toma, de la mano, la levanta y la sana. Liberada, sale de sí misma para ponerse plenamente al servicio del Reino presente en Jesús. Los seguidores de Jesús no podemos quedarnos al margen de los sufrimientos que aquejan a nuestros hermanos. Como Él, estamos llamados a tender la mano para ayudar a recobrar la salud, es decir, la vida en abundancia." (Koinonía) 


1 comentario:

  1. Se lo dijeron a Jesús, y él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Al momento se le quitó la fiebre y se puso a atenderlos.
    Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol, llevaron ante Jesús a todos los enfermos y endemoniados, y el pueblo entero se reunió a la puerta. Jesús sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente y expulsó a muchos demonios; pero no dejaba hablar a los demonios, porque ellos le conocían.
    De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar apartado. Simón y sus compañeros fueron en busca de Jesús, y cuando lo encontraron le dijeron:
    – Todos te están buscando.
    Él les contestó:
    – Vayamos a otros lugares cercanos a anunciar también allí el mensaje, porque para esto he salido.
    Así que Jesús andaba por toda Galilea anunciando el mensaje en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios."

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