viernes, 21 de febrero de 2020

EL ANACORETA Y EL AMOR "TELESCÓPICO"


Después de cenar el Anacoreta dijo a su discípulo:
- ¿Has visto a ese hombre que ha venido a hablar conmigo? Es miembro de varias ONG. Tiene varios niños africanos apadrinados...Y sus hijos y su mujer lo han abandonado.
El discípulo pensaba que la gente que hace el bien siempre es incomprendida. Pero se sorprendió cuando el Anacoreta le dijo:
- A veces tenemos amor "telescópico"...
- ¿Qué? - interrogó el discípulo.
- Sí, amor telescópico - repitió el Solitario - Nos enternecemos ante las miserias del Tercer Mundo. Amamos a los que sufren en África o Asia y...no sabemos ver los sufrimientos de los que nos rodean. Tenemos un telescopio en los ojos. Vemos las estrellas y no vemos al que llora a nuestros pies.
Guardó unos momentos de silencio el Anacoreta y luego añadió:
- Amar al prójimo lo hacemos tan general, que acabamos por no amar a nadie. El que está lejos es fácil de ayudar. Damos un dinero unas veces al año, que, realmente es necesario y fructífero, pero adormece nuestra conciencia. En cambio, el necesitado que tenemos junto a nosotros nos interpela cada día, y eso...es muy molesto.
Miró al horizonte y dijo:
- Ya lo dijo San Elredo en el siglo XII: "Hay un amor, que en virtud de ir dirigido a todos, corre el riesgo de no llegar a nadie".
Y se fueron a rezar Completas... 

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