viernes, 12 de agosto de 2022

EL MATRIMONIO

 


En aquel tiempo se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: "¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?" El les respondió: "¿No habéis leído que el Creador en el principio los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre"". Ellos insistieron: "¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?" El les contestó: "Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no era así. Ahora os digo yo que si uno se divorcia de su mujer -no hablo de prostitución- y se casa con otra, comete adulterio". Los discípulos le replicaron: "Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse". Pero él les dijo: "No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el Reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga".


Jesús no sólo defiende el matrimonio. Está defendiendo  la mujer; porque en aquella sociedad, sólo el hombre podía pedir el repudio o el divorcio. La mujer no contaba nada. 
Hoy deberíamos preguntarnos, qué ocurre en nuestra sociedad que existen tantas separaciones. ¿Qué nos ocurre? Parece que no somos capaces de elaborar un proyecto común. Quizá confundimos amor con sexo. No buscamos soluciones a los problemas que se nos presentan. El matrimonio es un camino. Debe andarse cada día. 
 
"El matrimonio es un acontecimiento vivido e interpretado culturalmente. Para Mateo, el vínculo matrimonial nace del querer de Dios para con el ser humano en la creación y como tarea que desafía las expectativas y la voluntad de los cónyuges. El matrimonio no tiene lugar solo con el “casamiento” sino que emerge y se desarrolla en el tiempo, en la medida que se piensa y se construye un proyecto común de vida. Como proceso humano, las relaciones pueden fracasar. Para el caso de una relación en la que la soberbia ha endurecido los corazones y la inteligencia, ahí es cuando, según Moisés, debe acontecer la separación: si un vínculo ya no se puede vivir, tampoco “revitalizar”, quizá la opción más sensata y responsable para la pareja sea separarse. Lograr una relación sostenible, no solo en el matrimonio, sino en los ámbitos esenciales de la existencia, es una “tarea de vida” que implica la capacidad de resiliencia y merece la pena lucharse; no puede ser abandonada precipitadamente. ¡Ora por los matrimonios!  " (Koinonía)

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