miércoles, 24 de agosto de 2022

NUESTROS PREJUICIOS

 



En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: "Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret." Natanael le replicó: "¿De Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe le contestó: "Ven y verás." Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño." Natanael le contesta: "¿De qué me conoces?" Jesús le responde: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi." Natanael respondió: "Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel." Jesús le contestó: "¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores." Y le añadió: "Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."

Natanael, como nosotros, está lleno de prejuicios. Si aceptáramos a las personas tal como son, veríamos a Dios en todas partes.

"El pueblito de Nazaret del que Jesús y su familia eran oriundos es sumamente difícil de ubicar en un mapa de la antigua Palestina. Era, para algunos, una zona marginal y pobre de Galilea y, para otros, un sitio que ni siquiera existió. El desdén con que se refiere Natanael a dicha tierra en el evangelio refleja, contradictoriamente, una de las revelaciones más profundas de la Buena Noticia del Reino de Dios. El Señor de la historia ha querido manifestarse a través de las personas y lugares más humildes, pobres y marginados de la sociedad. Lo que Natanael formula como pregunta retórica, implicaba automáticamente la respuesta: “No, de Nazaret no puede salir nada bueno”. Es sorprendentemente respondida con un “sí” en el plan de Dios que viene a invitar a la mesa del reino a las consideradas “no-personas” de la sociedad; las personas descartadas son las primeras a los ojos de Dios. ¡Celebremos hoy al Dios de los pobres, humildes y marginados! " (Koinonía)

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