martes, 30 de julio de 2024

SOMOS LA SEMILLA

 


Jesús despidió a la gente y entró en la casa. Sus discípulos se acercaron a él y le pidieron que les explicase la parábola de la mala hierba en el campo. Él les respondió: El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre, y el campo es el mundo. La buena semilla representa a los que son del reino; la mala hierba, a los que son del maligno; y el enemigo que sembró la mala hierba es el diablo. La siega representa el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. Así como se recoge la mala hierba y se la quema en una hoguera, así sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre mandará sus ángeles a recoger de su reino a todos los que hacen pecar a otros y a los que practican el mal. Los arrojarán al horno encendido, donde llorarán y les rechinarán los dientes. Entonces, aquellos que cumplen lo ordenado por Dios brillarán como el sols en el reino de su Padre. Los que tienen oídos, oigan.

Hay dos aspectos a señalar en el texto de hoy. Primero, Jesús busca la tranquilidad de la casa para explicar el significado de la parábola. Si queremos encontrar el significado de la Palabra, debemos buscar el retiro, la tranquilidad de la meditación. Es en el silencio de la oración, cuando encontraremos en nuestro interior el sentido, el significado de la Palabra.
El segundo punto es, que Jesús nos dice que "nosotros" somos la semilla. Los que pertenecemos al Reino, sus seguidores. Jesús quiere que demos fruto en este mundo. ¿Que fruto? El fruto del Amor. Esta es nuestra misión. Es amando que atraeremos a los demás hacia Dios. Este es el fruto que debemos dar.






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