viernes, 18 de septiembre de 2009

SALMO 121 (Versión libre)


El Dios que me seduce, me empuja en el camino;


mientras tanto, yo tomo conciencia de mi respuesta titubeante.


Avanzo dando traspiés por el duro sendero,


sorprendido por una mano que sostiene la mía.


A un lado y a otro, adelante y atrás,


por los recodos del camino.


Las colinas lentamente se transforman,


nunca tan firmes como parecen,


amortajadas, siniestras y oscuras,


con sus rocas astilladas por el hielo,


erosionadas por los latigazos de las tormentas.

6 comentarios:

  1. Porra! te había escrito y no se cual arte hizo que no se despegase de mis dedos :-(
    Bueno, decía, más o menos, que somos gracias a Dios caminantes, aprendices de humanos, y necesitamos siempre una mano agerrida que nos recoja alguna vez, aún cuando las caidas son siempre misteriosos casos de valoración sana de nosotros mismos.
    Un beso desde el viejo reyno.
    Aiara

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  2. Me conmueve este tipo de textos, Joan. Son de una Delicadeza, Ternura...

    Muchos besos, Joan.
    Hari

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  3. Sorprendido por una mano que sostiene la mia..que buena es esa sensación verdad joan?
    esa que cuando uno se siente tan solo..perdido o herido..y.. una mano sale,je y se te brinda..bien se siente aquel que la recibe en el momento de aangustia..y bien se siente aquel que en el amor la brinda..que hermoso es mi Dios..je muuuak

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  4. Creo que todos somos conscientes de nuestros pasos titubeantes y de lo resbaloso de un camino que siempre creemos firme y seguro... eso es cierto pero... tal vez mi día de hoy se encuentra marcado por los textos de una filósofa feminista y sea demasiado consciente del esfuerzo que como mujer y humano tenemos que hacer para salir adelante.... me gustaria, que duda cabe, tener la seguridad y la certeza de que mi mano es asida por alguien.
    Mientras llego a esas conclusiones lo cierto es que las manos de los amigos son una barra fuerte.
    Besossssss de buenas noches.

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  5. Avui per avui em costa veure la mà que sostè la meva. Sé que hi és, però no la sento.
    Adrià Nyel.

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  6. A veces los traspies son más que los pasos seguidos, pero la seguridad de que Alquien está ahí, te empuja, te sostiene, te da la mano... suele ayudar bastante, pero otras....
    otras... se necesita a alguien más cercano, a quien le puedas dar la mano de verdad y la puedas sentir, a un/a amigo/a por ejemplo, a alguien de carne y hueso
    Estando el otro día con mi tía pensaba en ello, en lo importante que debe de ser en esos momentos sentir que no estás sola, que te cojen la mano, que te besan, que te quieren, que están a tu lado....

    Un abrazo
    Soqui

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