domingo, 10 de agosto de 2014

NO TENGÁIS MIEDO


"Después de esto, Jesús hizo subir a sus discípulos a la barca, para que llegasen antes que él a la otra orilla del lago, mientras él despedía a la gente. Cuando ya la hubo despedido, subió Jesús al monte para orar a solas, y al llegar la noche aún seguía allí él solo. Entre tanto, la barca se había alejado mucho de tierra firme y era azotada por las olas, porque tenía el viento en contra. De madrugada, Jesús fue hacia ellos andando sobre el agua. Los discípulos, al verle andar sobre el agua, se asustaron y gritaron llenos de miedo:
– ¡Es un fantasma!
Pero Jesús les habló, diciéndoles:
– ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!
Pedro le respondió:
– Señor, si eres tú, mándame ir a ti andando sobre el agua.
 – Ven – dijo Jesús.
Bajó Pedro de la barca y comenzó a andar sobre el agua en dirección a Jesús,  pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, gritó:
– ¡Sálvame, Señor!
Al momento, Jesús le tomó de la mano y le dijo:
– ¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?
En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento.
Entonces los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de Jesús y dijeron:
– ¡Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios!"

Id a la otra orilla. Pero, para ir, se han de atrevesar las aguas, no siempre tranquilas de la vida. Jesús ora y cuando las cosas se ponen críticas aparece andando sobre las aguas.
Esto sigue pasando en nuestros días. Tenemos que luchar contra las adversidades. Jesús se acerca sobre ellas...pero nosotros no lo reconocemos.
- No tengáis miedo.
Pero nosotros seguimos dudando de Él. Aunque saltamos sobre el agua, a su encuentro, seguimos dudando y acabamos por hundirnos. Sólo si nos dejamos agarrar por Él salimos a flote, y entonces las aguas se calman, sobreviene la paz.
Todos tenemos nuestras tempestades personales, nuestros problemas. Pero no confiamos en Él. Pedimos milagros, y el único milagro es su brazo que nos agarra. Un brazo que no sabemos ver, porque aparece cuando menos lo esperamos y, sobre de todo, de quien menos lo esperamos. Porque Jesús se acerca a nosotros a través del otro, y, demasiadas veces, estamos ciegos para ver al otro. Lo tenemos etiquetado y no sabemos ver en él a Jesús que se nos acerca. Y la Paz, la verdadera Paz, sólo nos llega, cuando sabemos mirar al otro con otros ojos. Con ojos puros. Cuando sabemos reconocer en todos a un hermano. Si no...sólo vemos fantasmas, olas y nos hundimos. 

2 comentarios:

  1. Bon día Joan Josep.
    Cuántas vegades dic que si no fos per la Fe amb Jesús, amb algunes circunstancies ja m´hauria ensorrat, pero no, cada día amb poso amb les seves mans.
    Nosaltres som les ferramentas de Nostre Senyor si l´humanitat ens donguessim tots les mans com en una sardana, la por no tindria sentit.El video preciós.
    Una abraçada i com sempre PAU I BÉ, Montserrat

    ResponderEliminar
  2. Gracias por enviarme este enlace y compartirlo. Hacía días que no tenía noticias tuyas y por fin me mandas este mensaje del evangelio. Con dudas o sin ellas lo importante es que la FE ha de ser firme como una roca.

    ResponderEliminar