miércoles, 8 de junio de 2016

EL CUMPLIMIENTO DE LA LEY


"No penséis que yo he venido a poner fin a la ley de Moisés y a las enseñanzas de los profetas. No he venido a ponerles fin, sino a darles su verdadero sentido. Porque os aseguro que mientras existan el cielo y la tierra no se le quitará a la ley ni un punto ni una coma, hasta que suceda lo que tenga que suceder. Por eso, el que quebrante uno de los mandamientos de la ley, aunque sea el más pequeño, y no enseñe a la gente a obedecerlos, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedezca y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos."

Este fragmento del evangelio lo utilizan los fundamentalistas para demostrar que la ley hay que cumplirla al pié de la letra. Pero este evangelio, leído así sin la continuación que leeremos mañana, está fuera de contexto.
Jesús nos dice que Él no quita ni un punto ni una coma de la ley. Pero nos dice que Él le da su verdadero sentido. La ley no es letra, es vida. La ley hay que interpretarla a través de Jesús, porque es Él quien nos da, con su vida y su palabra, su verdadero sentido. Una ley que se resume en amar a Dios y amar al prójimo. Y resumir no significa eliminar cosas, sino unificarlas en la verdad.

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