domingo, 22 de abril de 2018

¿PASTORES O ASALARIADOS?


"Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; pero el que trabaja solamente por el salario, cuando ve venir al lobo deja las ovejas y huye, porque no es el pastor ni son suyas las ovejas. Entonces el lobo ataca a las ovejas y las dispersa en todas direcciones. Ese hombre huye porque lo único que le importa es el salario, no las ovejas.
Yo soy el buen pastor. Como mi Padre me conoce y yo conozco a mi Padre, así conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traer. Ellas me obedecerán, y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
El Padre me ama porque yo doy mi vida para volverla a recibir. Nadie me quita la vida, sino que la doy por mi propia voluntad. Tengo el derecho de darla y de volverla a recibir. Esto es lo que me ordenó mi Padre."

Jesús se declara buen pastor. Añade que conoce a sus ovejas. En hebreo, el término conocer va ligado a amar totalmente. Y porque nos ama a nosotros, sus oveja, da su vida por nosotros. Por sus ovejas y por aquellas que no lo son, pero que Él quiere que se junten en un solo rebaño, bajo un solo pastor.
Nosotros somos sus discípulos y estamos llamados también a ser pastores. ¿Lo somos?¿O, más bien somos mercenarios que huimos al menor peligro y nos aprovechamos de las ovejas?
Jesucristo da su vida por sus ovejas y sabe, que dándola la recobra eternamente. Lo mismo nos ocurrirá a nosotros si sabemos darla de verdad; si nos entregamos por los demás.
Es importante en este texto ver cómo Jesús no hace diferencia entre unas ovejas y todas. Sean de su redil o no, el ha dado su vida por todas y sabe, que un día se reunirán en el único redil: el de los hijos del Padre.



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