martes, 4 de septiembre de 2018

JESÚS NOS LIBRA DEL MAL


"Llegó Jesús a Cafarnaún, un pueblo de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente; y se admiraban de cómo les enseñaba, porque hablaba con plena autoridad. 
En la sinagoga había un hombre que tenía un demonio o espíritu impuro que gritaba con fuerza:
– ¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco: ¡Sé que eres el Santo de Dios! 
Jesús reprendió a aquel demonio diciéndole:
– ¡Cállate y deja a ese hombre!
Entonces el demonio arrojó al hombre al suelo delante de todos y salió de él sin hacerle ningún daño. Todos se asustaron y se decían unos a otros:
– ¿Qué palabras son esas? ¡Este hombre da órdenes con plena autoridad y poder a los espíritus impuros y los hace salir!
La fama de Jesús se extendía por todos los lugares de la región."

Jesús empieza a poner en práctica el texto de Isaías que leyó ayer en Nazaret. Se encuentra ante un endemoniado y lo libra del mal. El texto está lleno de simbolismos, que nos explica Koinonía con claridad:
 "Jesús se revela con autoridad frente al poder del mal que destruye la vida y la dignidad de las personas. Eso significa estar endemoniado. Es estar alienado por un espíritu que anula la conciencia de la persona o del grupo. Curiosamente la acción ocurre al interior de la sinagoga, lugar de estudio y oración de las Escrituras, y en día sábado dedicado al culto divino. Esto indica que es la sinagoga como estructura socio-religiosa la que está endemoniada. Es decir, que no genera actos de humanización de las personas y de la comunidad. Por eso los demonios confrontan a Jesús. Lo conocen pero no lo soportan porque les descubre la ineficacia de su acción, les desenmascara sus intenciones ocultas: alienar y explotar al pueblo desde las instituciones religiosas. Jesús habla y actúa con autoridad, es decir, con coherencia de vida. Su palabra libera, salva, humaniza y sus acciones corroboran la eficacia de su palabra. Por eso puede derrotar las fuerzas del mal y devolver la paz y la vida a las personas. ¿De qué males o “demonios” necesitamos liberarnos hoy?" (Koinonía) 




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