jueves, 22 de noviembre de 2018

LAS LÁGRIMAS DE JESÚS


"Cuando llegó cerca de Jerusalén, al ver la ciudad, lloró por ella y dijo:
- ¡Si entendieras siquiera en este día lo que puede darte paz!... Pero ahora eso te está oculto y no puedes verlo. Pues van a venir días malos para ti, en los que tus enemigos te cercarán con barricadas, te sitiarán, te atacarán por todas partes y te destruirán por completo. Matarán a tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no reconociste el momento en que Dios vino a salvare."

Jesús llora sobre Jerusalén. Jesús sigue llorando sobre nosotros. Los judíos no lo acogieron. Nosotros seguimos sin hacerlo. No sabemos reconocerlo en los inmigrantes, en los pobres, en los perseguidos, en los que pasan hambre...
 "Hoy, San Lucas nos permite reflexionar en el amor que Dios nos manifiesta en Jesús de Nazaret, que llora por Jerusalén. Jesús experimenta dolor por el pueblo de Dios, por su actitud arrogante, por su visión estrecha y mezquina desde donde construyen las relaciones y la vida. Jerusalén no comprendió que Dios les visitaba a través del Mesías Jesús. El pueblo de Dios perdió la capacidad de mirar con hondura y de discernir los signos de los tiempos y de los lugares. Y esa cerrazón es la que Jesús mira con tristeza y con profundo dolor. Estamos invitados, como Jerusalén, a reconocer en Jesús al enviado de Dios. la palabra definitiva de Dios. Él presenta el plan de la voluntad del Padre. Acoger a Jesús y abrazar su causa es comprender que Dios nos ha visitado de manera definitiva en la persona del Hijo. Acojámoslo y seamos fieles a él y a su palabra. ¿Descubres algunos signos de arrogancia o cerrazón en tu comunidad cristiana? ¿Has perdido la capacidad de discernimiento?" 

1 comentario:

  1. al ver la ciudad, lloró por ella y dijo:
    - ¡Si entendieras siquiera en este día lo que puede darte paz!... Pero ahora eso te está oculto y no puedes verlo.

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