sábado, 6 de junio de 2020

LA IGLESIA, ¿ROCA O BARCA?


Existen dos símbolos que suelen aplicarse a la Iglesia: la roca y la barca.
Los símbolos siempre son ambigüos y pueden traicionarnos. Resuenan en nuestro interior y no siempre evocan los mismos sentimientos en todas las personas.
A mi, en estos momentos, no me gusta el símbolo de la roca. Me muestra una Iglesia inamovible, a la defensiva, aplastante...Prefiero la varca en medio del mar. Me evoca una Iglesia creativa, débil pero segura a la vez, que sabe cambiar de rumbo si es preciso, cómo afrontar las olas y también sabe cómo colocar las velas para navegar contra el viento.
Dios, dicen los teólogos, es inmutable por definición. Desgraciadamente, la jerarquía, amante del símbolo de la roca, cree que la Uglesia también debe serlo. Olvidan que, aunque asistida por Dios, está formada por hombres. Y nosotros no somos precisamente inmutables.
La evolución de la Iglesia a lo largo de la historia es evidente...Desde Jesús y los Doce, pasando por Pablo, Agustín, la Iglesia postconostantiniana...ha ido reinterpretando su doctrina. Siempre han existido escuelas teológicas con diferentes orientaciones. La telogía siempre se ha aliado a distintas corrientes filosóficas para explicarse a los hombres de las diferentes épocas. Hasta que llegó la neoescolástica cuando el mundo empezó a cambiar de paradigma con el Modernismo. La Iglesia se encastilló en un sistema de pensamiento inamovible. De poco sirvió el Vaticano II. Los teólogos que intentaron desarrollar su doctrina fueron silenciados  a golpes de condenas y descalificaciones. La Iglesia se ha petrificado y no acepta algo tan evidente como la evolución dogmática, que no significa su anulación, sino su relectura y profundización a la luz del pensamiento actual. Afortunadamente esto ha cambiado con el Papa Francisco, pese a las reticencias de algunos obispos.
Ritos, sacramentos, normas...se han tomado como algo fundamental en su forma, aunque pierdan su espíritu y los fieles ya no los comprendan.El mínimo cambio se tachaba de error y al respeto al pensamiento diverso se le tacha de relativismo. ¿Cómo podemos hablar entonces de Ecumenismo? Cuando de lo que se trata es de buscar ese núcleo común que todos podemos aceptar, eliminar todo lo artificial que se h ido añadiendo al evangelio y de olvidar rencillas seculares, se empeñan algunos en hacer del cristianismo un pensamiento único, sin ninguna referencia a las diferentes culturas.
La Iglesia, que debería ser esa nave que avanza sin miedo, quieren que tome una postura de defensa , que sólo lleva al fundamentalismo.
Sueño con una Iglesia luchando en el mar y no con una roca inamovible e inexpugnable. Sueño con una Iglesia menos paternalista, que siempre cree saber lo que nos conviene y en la que se acepte la libertad de conciencia. Una Iglesia que anuncia a Jesús y n un orden religioso-moral. Una Iglesia en la que el hombre prime sobre la estructura y la comunidad sobre la institución. En que los fieles sean tan importantes como los clérigos...
Dicen que los sueños se hacen realidad...y es posible. Dios es inmutable, pero el Espíritu es viento...

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