miércoles, 24 de junio de 2020

EL ANACORETA Y EL PASADO


El Anacoreta pasó dos días encerrado en su cueva con aquel visitante. Cuando lo hubo despedido tras darle algunas cosas para el camino, se sentó junto a la palmera y dijo a sus discípulos:
- Para estar en paz con nosotros mismos, nos hemos de reconciliar con nuestro pasado. Nos guste o no, todos llevamos encima nuestro el peso de nuestro pasado. No escogimos a nuestros padres. Y muchas de las situaciones que hemos vivido no querríamos que hubiesen ocurrido ni por asomo. Pero hemos de aceptar ese pasado si queremos marchar en paz hacia el futuro.
Tras unos momentos de silencio, el discípulo más joven preguntó:
- ¿Y qué habéis hecho dos días encerrados en la cueva?
Sonrió con placidez el Solitario y dijo:
- Intentando realizar lo que según la mística alemana Hidegarda de Bingen es la tarea más importante del ser humano: TRANSFORMAR LAS HERIDAS EN PERLAS.
Y saboreó lentamente el vaso de leche de cbra que le ofreció el otro discípulo...

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