sábado, 3 de diciembre de 2022

JESÚS Y LOS NECESITADOS

 


En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies." Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
A estos doce los envió con estas instrucciones: "Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis."

Jesús pasa el dia recorriendo las poblaciones, enseñando en las sinagogas, anunciando la Buena Nueva, curando a la gente de sus dolencias y compadeciéndose de la gente abandonada. Envió a los doce a hacer lo mismo que Él. Y, hoy, también nos envía  a nosotros a hacer lo mismo. Quiere que curemos, sanemos y expulsemos el mal. Quiere que construyamos una sociedad nueva en la que nadie se sienta excluido ni perseguido.

"El Adviento ensancha nuestra esperanza más allá de la historia, pero, al mismo tiempo, nos invita hacer presente el proyecto del Reino aquí y ahora. El profeta Isaías anuncia que Dios cuidará y sanará a su pueblo. Para quienes explotan la tierra nunca será suficiente, jamás se saciará su codicia. Dios, en cambio, en su plan salvador pone a disposición el agua y el pan “con medida” con tal de que alcance para todos. Además, habla de las “semillas” (no modificadas y alteradas) capaces de nutrir al pueblo; pasto (no concentrado, procesado) como alimento para los animales. En el mundo según Dios lo que produce la tierra, nutre y da vida a toda criatura. Nuestra espera está orientada a la venida de este Dios que no permanece indiferente al sufrimiento de la humanidad. Esa fue la misión que Jesús llevó adelante y la transmitió a sus discípulos predicando el Reino de Dios y testimoniando su presencia mediante gestos de liberación. ¿Cultivo en mi vida esta compasión y gratuidad de Jesús?" (Koinonía)

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