lunes, 12 de diciembre de 2022

HACER

 


Jesús entró en el templo y, mientras estaba en él, enseñando, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos y le preguntaron:
– ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Quién te ha dado tal autoridad?
 Jesús les contestó:
–Yo también os voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juan a bautizar: Dios o los hombres? Si me respondéis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Ellos se pusieron a discutir unos con otros: “Si respondemos que le envió Dios, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’ Y si decimos que fueron los hombres, tenemos miedo de la gente, porque todos tienen a Juan por profeta.” Así que respondieron a Jesús:
–No lo sabemos.
Entonces él les contestó.
–Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.

Los sacerdotes no valoran lo que Jesús hace. Sólo les importa con qué autoridad lo hace, ya que ellos no se la han dado. Jesús les pone ante el dilema de responder quién dio la autoridad a Juan para bautizar. Ya que tampoco creían en él, pero temían  al pueblo que lo consideraba un profeta.
¿Cuál es nuestra actitud ante las personas que dan su vida cada día por los demàs? Los sacerdotes creían en las leyes y todo lo supeditaban a su cumplimiento. Jesús valoraba las acciones. Ayer, ante la pregunta de los discípulos de Juan, muestra actos: sordos que oyen, paralíticos que andan, leproso que se purifican, ciegos que ven...Son las obras las que nos dicen si somos de Dios o no. Si seguimos de verdad a Jesús o sólo de palabra. 

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