sábado, 3 de agosto de 2024

ENTREGARSE



  Por aquel mismo tiempo, Herodes, que gobernaba en Galilea, oyó hablar de Jesús y dijo a los que tenía a su servicio:
– Ese es Juan el Bautista. Ha resucitado, y por eso tiene poderes milagrosos.
Es que Herodes había hecho apresar a Juan, y lo había encadenado en la cárcel. Fue a causa de Herodías, esposa de su hermano Filipo, pues Juan decía a Herodes:
– No puedes tenerla por mujer.
Herodes quería matar a Juan, pero temía a la gente, porque todos tenían a Juan por profeta. En el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías salió a bailar delante de los invitados, y le gustó tanto a Herodes que prometió bajo juramento darle cualquier cosa que le pidiera. Ella entonces, aconsejada por su madre, le dijo:
– Dame en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.
Esto entristeció al rey Herodes, pero como había hecho un juramento en presencia de sus invitados, mandó que se la dieran. Envió, pues, a que cortaran la cabeza a Juan en la cárcel. Luego la pusieron en una bandeja y se la dieron a la muchacha, y ella se la llevó a su madre.
Más tarde llegaron los seguidores de Juan, que tomaron el cuerpo y lo enterraron. Después fueron y dieron la noticia a Jesús.

Herodes hace matar a Juan para quedar bien. Su imagen pasa por encima de la justicia. Lo mismo ocurrirá con Jesús. Aunque Pilatos no encuentra ningún motivo para condenarle, lo hace para evitarse problemas.
En nuestra sociedad, ¿qué prevalece, la justícia o el poder, la imagen, la fama? Seguir a Jesús, buscar la justicia nos traerá problemas. Pero debemos preguntarnos, ¿la justicia, el bien, la defensa del más débil es lo más importante para mi? Si de verdad queremos seguir a Jesús, debemos vivir para los demás, entregarnos totalmente...

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