viernes, 31 de enero de 2025

EL FRUTO


 
Jesús dijo también: “Con el reino de Dios sucede como con el hombre que siembra en la tierra: que lo mismo si duerme que si está despierto, lo mismo de noche que de día, la semilla nace y crece sin que él sepa cómo. Y es que la tierra produce por sí misma: primero brota una hierba, luego se forma la espiga y, por último, el grano que llena la espiga. Y cuando el grano ya está maduro, se siega, porque ha llegado el tiempo de la cosecha."
También dijo Jesús: “¿A qué se parece el reino de Dios, o con qué podremos compararlo? Es como una semilla de mostaza que se siembra en la tierra. Es la más pequeña de todas las semillas del mundo; pero, una vez sembrada, crece y se hace mayor que cualquiera otra planta del huerto, y echa ramas tan grandes que hasta los pájaros pueden anidar a su sombra.”
De esta manera les enseñaba Jesús el mensaje, por medio de muchas parábolas como estas y hasta donde podían comprender. No les decía nada sin parábolas, aunque a sus discípulos se lo explicaba todo aparte.

Nosotros queremos conseguir las cosas al instante. Sin embargo el Reino es aquella cosecha que, desde la siembra hasta la cosecha, se desarrolla con tiempo y silenciosamente.
Nosotros creemos que la evangelización se consigue con grandes acciones y estructuras. Jesús lo compara a un grano de mostaza, algo muy pequeño. Porque quien hace crecer es Dios, no nuestros actos y méritos.

"El evangelista Marcos nos hace comprender que la llegada del Reino no se realiza de una manera prodigiosa acabando con todas la injusticias y desigualdades. Jesús no piensa así.  La irrupción del Reino es una acción gratuita de Dios.
Dos parábolas sencillas de comprender en la cultura agraria de Galilea. Hoy podríamos decir que son parábolas “para tiempos de crisis” en los tiempos que nos ha tocado vivir.
La primera viene a decir que el Reinado de Dios crece, tiene una fuerza, una vitalidad y una energía, en sí mismo y por sí mismo, que, no solo se mantiene, sino que sobre todo crece y crece, sin que nos demos cuenta y mientras que nosotros llevamos nuestra vida diaria.
La parábola del Reino como un grano de mostaza es la crítica más dura, que se puede hacer, a las ambiciones de grandeza que suelen acompañar a personas e instituciones. El Reinado de Dios es, y será siempre, como una cosa pequeña, casi insignificante que pasa inadvertida. Y de ahí, de la pequeñez, es de donde brota y crece la realización del Reino.
Hemos de aprender a construir un mundo mejor sembrando gestos pequeños de bondad, compasión, solidaridad. No vale el desaliento sino firmeza de mantenerse como los pequeños, los que no cuentan, los niños, los últimos. Estos lo que enseñó Jesús."
(Salvador León cmf, Ciudad Redonda)

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