domingo, 30 de julio de 2017

EL TESORO Y LA PERLA


"El reino de los cielos se puede comparar a un tesoro escondido en un campo. Un hombre encuentra el tesoro, y vuelve a esconderlo allí mismo; lleno de alegría, va, vende todo lo que posee y compra aquel campo.
También se puede comparar el reino de los cielos a un comerciante que anda buscando perlas finas; cuando encuentra una de gran valor, va, vende todo lo que posee y compra la perla.
Puede compararse también el reino de los cielos a una red echada al mar, que recoge toda clase de peces. Cuando la red está llena, los pescadores la arrastran a la orilla y se sientan a escoger los peces: ponen los buenos en canastas y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles a separar a los malos de los buenos, y arrojarán a los malos al horno encendido, donde llorarán y les rechinarán los dientes.
Jesús preguntó:
– ¿Entendéis todo esto?
– Sí, Señor – contestaron ellos.
Entonces Jesús añadió:
– Cuando un maestro de la ley está instruido acerca del reino de los cielos, se parece a un padre de familia que de lo que tiene guardado saca cosas nuevas y cosas viejas."

¿Qué son ese tesoro y esa perla Que cambian la vida de quienes la encuentran?
Estas parábolas son las del Reino. ¿Se trata del cielo? No, porque Jesús nos dijo que el Reino empieza ya en este mundo.
Encontrar el tesoro y encontrar la perla, es encontrarnos cara a cara con Dios. Es descubrir el verdadero sentido de la vida. Eso hace que lo dejemos todo y que, a partir de este momento, todo lo enfoquemos de otra manera.
Es a través de Jesús que encontramos a Dios. A veces, como el tesoro nos puede parecer que es por casualidad. Otras veces, como la perla, por nuestra búsqueda; pero siempre es por la Gracia. La Fe es un don.
Si de verdad hemos encontrado a Dios, nuestra vida debe cambiar totalmente. Todo ha de cobrar un sentido nuevo. Nuestra vida, a pesar de las dificultades y sufrimientos, se ha de llenar de alegría. La alegría de quien ha encontrado el Amor, del que vive para los demás, del que ve a Dios en todas las cosas.
Miremos nuestra vida. ¿Estamos seguros de que hemos encontrado a Dios?¿Vivimos conforme a este encuentro?


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