lunes, 3 de julio de 2017

CREER EN ÉL


"Tomás, uno de los doce discípulos, al que llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Después le dijeron los otros discípulos:
– Hemos visto al Señor.
Tomás les contestó:
– Si no veo en sus manos las heridas de los clavos, y si no meto mi dedo en ellas y mi mano en su costado, no lo creeré.
Ocho días después se hallaban los discípulos reunidos de nuevo en una casa, y esta vez también estaba Tomás. Tenían las puertas cerradas, pero Jesús entró, y poniéndose en medio de ellos los saludó diciendo:
– ¡Paz a vosotros!
Luego dijo a Tomás:
– Mete aquí tu dedo y mira mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado. ¡No seas incrédulo, sino cree!
Tomás exclamó entonces:
– ¡Mi Señor y mi Dios!
Jesús le dijo:
– ¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen sin haber visto!"

Tomás apóstol, cuya festividad celebramos hoy, es la imagen de muchos creyentes. De aquellos que dudamos y buscamos certezas para creer. Pero la Fe no está hecha de certezas, sino de confianza. Nosotros no podemos ver las llagas de Jesús e introducir nuestros dedos, ni la mano en su costado. Nosotros hemos de creer porque nos fiamos de la Palabra. Porque sabemos encontrarlo en el corazón de los otros. Porque sabemos verlo más allá de las apariencias.
Si, a pesar de nuestras dudas, confiamos en Jesús y creemos en Él, ciertamente seremos felices. Porque Él es la felicidad.

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