miércoles, 18 de abril de 2018

PAN DE VIDA


"Y Jesús les dijo:
– Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y el que en mí cree, nunca más tendrá sed. Pero, como ya os dije, vosotros no creéis aunque me habéis visto. Todos los que el Padre me da vienen a mí, y a los que vienen a mí no los echaré fuera. Porque no he venido del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre, que me ha enviado. Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite el día último. Porque la voluntad de mi Padre es que todo aquel que ve al Hijo de Dios y cree en él, tenga vida eterna, y yo le resucitaré en el día último."

Cuando rezamos el Padrenuestro, pedimos el pan nuestro de cada día. Ese pan no es sólo el pan alimento. Ese pan es el pan de vi da, es Jesús. El pan que nos ayuda a cumplir la voluntad del Padre.
Jesús, hoy, también nos dice algo muy importante. El Padre quiere que nadie se pierda. La figura de un Dios severo, exigente, no se corresponde con la que nos da Jesús del Padre. Él nos presenta un Dios misericordioso. Un Dios, que ha mandado a su Hijo para que todos se salven. Un Hijo que encontramos cada día en la Eucaristía. Este es el pan de vida que se nos ofrece cada día en la Eucaristía. 


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