viernes, 1 de febrero de 2019

DOS PARÁBOLAS DEL REINO


"Jesús dijo también:
- Con el reino de Dios sucede como con el hombre que siembra en la tierra: que lo mismo si duerme que si está despierto, lo mismo de noche que de día, la semilla nace y crece sin que él sepa cómo. Y es que la tierra produce por sí misma: primero brota una hierba, luego se forma la espiga y, por último, el grano que llena la espiga. Y cuando el grano ya está maduro, se siega, porque ha llegado el tiempo de la cosecha. 
También dijo Jesús:
- ¿A qué se parece el reino de Dios, o con qué podremos compararlo? Es como una semilla de mostaza que se siembra en la tierra. Es la más pequeña de todas las semillas del mundo; pero, una vez sembrada, crece y se hace mayor que cualquiera otra planta del huerto, y echa ramas tan grandes que hasta los pájaros pueden anidar a su sombra. 
De esta manera les enseñaba Jesús el mensaje, por medio de muchas parábolas como estas y hasta donde podían comprender. No les decía nada sin parábolas, aunque a sus discípulos se lo explicaba todo aparte."

Aquí tenemos dos pequeñas parábolas de Jesús sobre el Reino. Resalta la sencillez. Nos dice que de hechos pequeños pueden salir grandes frutos. El Reino lo vamos construyendo poco a poco, día a día, con nuestra entrega diaria. Lo que ahora nos parece nimio, un día será grandioso y acogerá a toda la humanidad.
"Realmente causa admiración la capacidad pedagógica de Jesús para exponer de manera comprensiva y amena el mensaje del reino. Nunca presenta una definición de lo que es el reino o el reinado de Dios. Siempre recurre a imágenes, comparaciones, alegorías, analogías y parábolas. Todas ellas llenas de colorido y realismo. Sus oyentes debieron quedar fascinados de sus palabras porque con el lenguaje cotidiano, sencillo es capaz de exponer verdades profundas y complejas. De verdad Jesús es un auténtico pedagogo del reinado de Dios. Una semilla crece por si sola sin la intervención de la mano del ser humano más que para cuidarla. Se convierte en un arbusto grande, frondoso, apetitoso. Así es el reinado de Dios. Se siembra como una pequeña, diminuta semilla en el corazón humano, y sin que este se dé cuenta va creciendo maravillosamente hasta convertirse en un árbol que da alimento y cobijo a todos. ¿Tienes conciencia cómo acrece el amor y la gracia de Dios en ti, en tu comunidad, en tu Iglesia?" (Koinonía) 



1 comentario:

  1. - A què s'assembla el Regne de Déu, o amb quina podrem comparar-? És com un gra de mostassa que es sembra a la terra. És la més petita de totes les llavors del món; però, un cop sembrada, creix.

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