jueves, 19 de diciembre de 2019

EL ANACORETA Y LA ALEGRÍA


Andaba el joven que seguía al Anacoreta algo triste...De forma que en un momento de tranquilidad, el anciano lo tomó aparte y le dijo:

- No es bueno meditar demasiado sobre el dolor...La vida ya nos sirve una buena cantidad de él...Hemos de potenciar la espiritualidad de la felicidad.

El joven miró algo extrañado al Anacoreta. Este prosiguió:

- Es la espiritualidad que consiste en hacer felices a los que nos rodean, a todos aquellos que podamos...Ya decía Santa Teresa, poco sospechosa de frívola, que un santo triste es un triste santo...

Ya antes de que el joven abriera la boca para preguntar nada, el Anacoreta le indicó:

- Y recuerda que la alegría no se predica, ni se alcanza por decreto. La alegría se propaga por contagio. O sea, que se trata de ser alegres si queremos que los demás lo sean...

Y continuaron sus actividades riendo...

1 comentario:

  1. Ya decía Santa Teresa, poco sospechosa de frívola, que un santo triste es un triste santo...

    Ya antes de que el joven abriera la boca para preguntar nada, el Anacoreta le indicó:

    - Y recuerda que la alegría no se predica, ni se alcanza por decreto. La alegría se propaga por contagio. O sea, que se trata de ser alegres si queremos que los demás lo sean...

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