viernes, 13 de diciembre de 2019

EXCUSAS


"¿A qué compararé la gente de este tiempo? Es comparable a los niños que se sientan a jugar en las plazas y gritan a sus compañeros: ‘Tocamos la flauta, y no bailasteis; cantamos canciones tristes, y no llorasteis.’ Porque vino Juan, que ni come ni bebe, y dicen que tiene un demonio. Luego ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen que es glotón y bebedor, amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma. Pero la sabiduría de Dios se demuestra por sus resultados."

Al igual que en tiempo de Jesús, buscamos excusas para no ser fieles a Dios, para no preocuparnos por nuestra vida espiritual. Criticamos a unos porque todo el día están encerrados en un convento rezando. A otros, porque en vez de rezar todo el día, están luchando por causas sociales contra la pobreza y la injusticia. Todo son excusas para seguir con nuestra vida sin sentido, haciendo lo que nos viene en gana y olvidando a los demás. 
"Poco o nada dicen hoy palabras como “redención”, “justificación” y “salvación” y quizá se deba, a que el hombre y mujer actual tienen todos los hilos de su propio destino y a que se ha diluido el sentido de trascendencia. En contrapartida, el materialismo pragmatista y la sobrevaluación de lo inmediato van ahogando los anhelos profundos del espíritu humano, pero sin satisfacerlos. Lejos de morir, los ídolos del poder, del tener y del placer se han adueñado de la voluntad humana, y de sus proyectos, reduciendo todo al “aquí y ahora” banalizando lo perdurable. El hambre de plenitud y de vivir con sentido la propia historia, sin embargo, están inscritos en los genes de la humanidad, pero no para mantenerse insatisfechos permanentemente, sino para buscar el más allá, al otro, lo que nos trasciende y orienta. El hambre de plenitud y de vivir con sentido la propia historia están inscritos en los genes de la humanidad, pero no para mantenerse insatisfechos permanentemente, sino para buscar el más allá, al otro, lo que nos trasciende y orienta. ¿Necesitamos al Redentor?" (Koinonía) 

1 comentario:

  1. "¿A qué compararé la gente de este tiempo? Es comparable a los niños que se sientan a jugar en las plazas y gritan a sus compañeros: ‘Tocamos la flauta, y no bailasteis; cantamos canciones tristes, y no llorasteis.’ Porque vino Juan, que ni come ni bebe, y dicen que tiene un demonio. Luego ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen que es glotón y bebedor, amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma. Pero la sabiduría de Dios se demuestra por sus resultados."

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