lunes, 30 de diciembre de 2019

EL ANACORETA Y EL VASO SUCIO


Pepe era un amigo de muchos años del Anacoreta. Se había alejado de la Iglesia, pero siempre venía a discutir con el solitario. Pepe no entendía como en nombre de Jesús se habían hecho tantas fechorías.
- ¿Cómo voy creer en alguien en cuyo nombre se ha perseguido, encarcelado, matado a gente?
El Anacoreta siempre escuchaba pacientemente a su amigo. Aquel día lo llevó junto a la pequeña fuente que permitía beber en aquel lugar. Ofreció de beber a su amigo.
Pepe dijo:
- El vaso está muy sucio, pero que agua tan cristalina y fresca. ¡Qué buena está!
Miró sonriendo el Anacoreta a su amigo y le dijo:
- Pues eso pasa con Jesús. El vaso somos la Iglesia, los cristianos. Somos débiles y pecadores. Estamos sucios. Pero no te fijes en nosotros. Mira a Jesús, que es el agua pura, fresca y cristalina.
Y Pepe no volvió a criticar la Iglesia como excusa para no seguir a Jesús... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario