sábado, 26 de febrero de 2022

COMO UN NIÑO

 


En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él." Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

"La ingenuidad es propia de la niñez, porque llegan a creer lo que les dicen; la insensatez, en cambio, es propia de personas imprudentes y con poco discernimiento. La liturgia de la Palabra nos invita a ser intercesores de aquellos que pasan necesidad y a implicarnos en sus procesos de sanación integral. Además de rezar, pidiéndole a Dios que no nos desampare y se acuerde de nuestros enfermos tendremos que seguir atendiendo, como lo hace la medicina funcional, no sólo los síntomas sino la raíz de las enfermedades que hoy están acabando prematuramente con la vida. Acercarnos a Jesús con inocencia e ingenuidad no significa asumir su proyecto del Reino sin que este nos transforme desde dentro. Nadie puede esperar a pedir un milagro si no ama y abraza la vida, cuidándola. Esta, tal vez, ha sido una de las grandes lecciones que nos dejó la pandemia en el 2020 que arrebató la vida de muchísimas personas. ¿Qué estás haciendo personalmente para cuidarte y cuidar la vida de los tuyos? ." (Koinonía)

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