martes, 15 de febrero de 2022

LA MALA LEVADURA

 


En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían más que un pan en la barca. Jesús les recomendó: "Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes." Ellos comentaban: "Lo dice porque no tenemos pan." Dándose cuenta, les dijo Jesús: "¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?" Ellos contestaron: "Doce." "¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?" Le respondieron: "Siete." Él les dijo: "¿Y no acabáis de entender?"

"En la escena del evangelio, Jesús no estaba hablando literalmente de pan o levadura; partiendo de su pedagogía usa cuestiones de la vida cotidiana con el fin de ilustrar las realidades del Reino. En esta ocasión habla de la levadura en relación con la hipocresía de los fariseos; crece en medio de la comunidad como fermento de actitudes negativas. Así quedaba establecido el paralelismo entre algo de uso común (la levadura) y una actitud humana dañina (la hipocresía). La exhortación de Jesús es una invitación a la sinceridad y coherencia de vida. La levadura de los fariseos y de Herodes forma parte del anti-reino, provocando marginación, persecución y muerte. Jesús invita a sus discípulos a no utilizar ese tipo de levadura farisea porque atenta contra la vida de la comunidad. Por el contrario, los invita a convertirse en levadura, de buen pan, que sea alimento para las multitudes necesitadas. ¿Qué levadura se hace presente en tus relaciones comunitarias? ¿Cómo podemos evitar que la hipocresía se adueñe de nuestras relaciones?" (Koinonía)

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