sábado, 19 de febrero de 2022

DEJARNOS TRANSFORMAR




 En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías." Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: "Éste es mi Hijo amado; escuchadlo." De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos." Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de "resucitar de entre los muertos". Le preguntaron: "¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?" Les contestó él: "Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elías ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito.
 
"Según Marcos, Jesús, una vez que se transfiguró delante de Pedro, Santiago y Juan –«su ropa se volvió de una blancura resplandeciente»–. los invitó a seguir adelante portando aquella fuerza transformadora de lo vivido. La propuesta que hace Jesús es no quedarse en las mismas actitudes o modos de vivir que deshumanizan, sino ser ejemplos vivos de la gracia de Dios. ¿Acaso soy capaz de generar diálogos fraternos en mi familia y comunidad? ¿Dejo que la gracia de Dios me transforme? ." (Koinonía)

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