martes, 22 de febrero de 2022

SABERLO RECONOCER

 


En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos contestaron: "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas." Él les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo." Jesús le respondió: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo."

"En el evangelio, vemos a Jesús preguntando: «¿Quién dice la gente que soy yo?» . (Mt 16,14), pregunta que podría ayudarnos a sondear actualmente lo que piensa la gente de Jesús y su causa. Hoy en día algunos ponemos nuestra confianza en falsos. mesías, . como si viviéramos deslumbrados frente a “falsas promesas” o un velo cubriera nuestros ojos, impidiéndonos dar cabida al proyecto liberador del Reino. Pedro estaba seguro de quién era Jesús para él y cómo lo había ayudado a vencer sus miedos y su egoísmo; así, con esa seguridad necesitamos reconocerlo presente entre nosotros. La fe tiene que ser el oxígeno que dé vitalidad a la Iglesia y la haga salir de sí misma. Dios infunde confianza en Pedro no para hacerlo piedra arrogante sino para que, reconociendo su fragilidad, manifieste a todos la bondad y la misericordia. Grande la tarea de las comunidades creyentes, llamadas a ser signo y fermento de la presencia del mesías en el mundo. ¿En qué o en quién está cimentada tu fe? ¡Despierta y comprométete!" (Koinonía)

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