lunes, 15 de enero de 2024

ODRES NUEVOS

  

En una ocasión estaban ayunando los seguidores de Juan el Bautista y los de los fariseos. Algunas personas fueron a Jesús y le preguntaron:
– Los seguidores de Juan y los de los fariseos ayunan: ¿por qué no ayunan tus discípulos?
Jesús les contestó:
– ¿Acaso pueden ayunar los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? Mientras está presente el novio, no pueden ayunar. Pero vendrá el momento en que se lleven al novio; entonces, cuando llegue ese día, ayunarán.
Nadie remienda un vestido viejo con un trozo de tela nueva, porque lo nuevo encoge y tira del vestido viejo, y el desgarrón se hace mayor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo hace que revienten los odres y que se pierdan tanto el vino como los odres. Por eso hay que echar el vino nuevo en odres nuevos.

Los fariseos se escandalizan de que Jesús y sus discípulos no ayunaban. De entrada, aquí vemos la diferencia entre Juan y Jesús. Juan predicaba la mortificación, el arrepentimiento...Jesús, sin negar esto, habla del perdón de la misericordia, de la alegría de formar comunidad.
Jesús es el centro de nuestra alegría, el "novio". Siempre que Él esté con nosotros debemos estar llenos de alegría. Es cuando Él nos falta, que entra en nuestra vida el dolor y la tristeza.
Juan es el Antiguo Testamento, el vestido viejo y el odre viejo. Jesús es la tela nueva y su palabra, el vino nuevo. Sólo si somos hombres nuevos, si cambiamos, si nos convertimos, podemos remendar nuestra vida con tela nueva y llenar nuestro interior con vino nuevo. Sólo, tras Jesús, con Jesús, podemos llenarnos de Amor...

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