sábado, 7 de diciembre de 2019

LA GRACIA SE DERRAMA SOBRE NOSOTROS


"Pueblo de Sión, que vives en Jerusalén: ya no llorarás más. El Señor tendrá compasión de ti al oir que gritas pidiendo ayuda; y apenas te oiga, te responderá.  Y aunque el Señor te dé el pan del sufrimiento y el agua de la aflicción, él, que es tu maestro, no se esconderá más. Con tus propios ojos le verás. Y si te desvías a la derecha o a la izquierda, oirás una voz detrás de ti, que te dirá: “Por aquí es el camino, id por aquí.”
El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y la tierra producirá trigo abundante y fértil. Aquel día tu ganado tendrá lugar en abundancia para pastar. Hasta los bueyes y los burros que trabajan en tus campos tendrán para comer el mejor y más exquisito forraje. Cuando llegue el día de la gran matanza y caigan las fortalezas, habrá ríos y torrentes de agua en todas las altas montañas y en las colinas elevadas. El Señor curará y vendará las heridas de su pueblo. Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más brillante, como la luz de siete soles juntos."

Estos días la primera lectura es del profeta Isaías. Son cantos a la esperanza, que es el núcleo de Adviento: esperar con esperanza. Sabiendo que llega la salvación. Una lluvia que es símbolo de la gracia que se derrama sobre nosotros. Un salvador que viene a curar y a compadecerse del débil. "El profeta mira la situación apretada del pueblo como algo necesario. Lo invita a contentarse con lo suficiente y a vivir rectamente. Se trata de un aprendizaje o discipulado en la austeridad; a nadie agrada esto, y menos aún al sistema de mercado que nos tiene seducidos. La austeridad no es lo nuestro, en una época en la que los bienes parecen inagotables, el consumismo es la divisa: “Vales lo que consumes”. Sabemos que el consumo consume y que la gente mejor no es la que posee las mejores cosas, sino la que mejor aprecia lo que tiene, y, con todo, hay una fe ciega en el mercado y una resistencia casi invencible a la moderación y a la temperancia. ¿Habrá modo de educarnos en compartir los bienes y vivir austeramente? El profeta habla de lo gratuito: la lluvia. Ella es como la gracia divina que produce resultados inesperados: días luminosos y cosechas abundantes para todos. ¿Tenemos arrestos para promover la austeridad y la gratuidad?" (Koinonía) 

1 comentario:

  1. El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y la tierra producirá trigo abundante y fértil. Aquel día tu ganado tendrá lugar en abundancia para pastar. Hasta los bueyes y los burros que trabajan en tus campos tendrán para comer el mejor y más exquisito forraje. Cuando llegue el día de la gran matanza y caigan las fortalezas, habrá ríos y torrentes de agua en todas las altas montañas y en las colinas elevadas. El Señor curará y vendará las heridas de su pueblo. Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más brillante, como la luz de siete soles juntos."

    Sabemos que el consumo consume y que la gente mejor no es la que posee las mejores cosas, sino la que mejor aprecia lo que tiene, y, con todo, hay una fe ciega en el mercado y una resistencia casi invencible a la moderación y a la temperancia. ¿Habrá modo de educarnos en compartir los bienes y vivir austeramente? El profeta habla de lo gratuito: la lluvia. Ella es como la gracia divina que produce resultados inesperados: días luminosos y cosechas abundantes para todos. ¿Tenemos arrestos para promover la austeridad y la gratuidad?" (Koinonía)

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