sábado, 9 de mayo de 2020

EL ANACORETA Y EL JOVEN ANGUSTIADO


El joven llegó preocupado a la cueva del Anacoreta. Explicaba que un deportista de 22 años había fallecido repentinamente.
- He recordado el pasaje del Evangelio de Mteo que dice: "Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor." Tengo miedo. ¿Qué he de hacer para estar preparado?
El Anacoreta sonrió:
- El propio pasaje dice lo que hay que hacer: "Estad en vela..." Es decir, vive el día a día conscientemente y no preocupes de más...
Luego, mirándole a los ojos añadió:
- Y no pienses que la venida será en la hora de la muerte. El Señor viene cada día...
El joven bajó sus ojos al suelo con expresión de tristeza.
- Hace días que lo busco, pero no lo encuentro...
El Anacoreta sonrió otra vez:
- No se trata de buscarlo, sino de dejarse encontrar. Si miras con ojos puros las cosas y las personas lo verás muchas veces en tu vida. Sólo hay que saber mirar...
- Sí, ¿pero cómo?
El Anacoreta suspiró y le dijo:
- Acostúmbrate  a vivir en su presencia. A recordarlo en cada momento. Entonces todo lo verás diferente.
El jóven pidió quedarse un tiempo con él en el desierto...

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