viernes, 16 de mayo de 2025

CAMINO, VERDAD Y VIDA

 

No os angustiéis: creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, no os habría dicho que voy a prepararos un lugar. Y después de ir y prepararos un lugar, vendré otra vez para llevaros conmigo, para que vosotros también estéis donde yo voy a estar. Ya sabéis el camino que lleva a donde yo voy.
Tomás dijo a Jesús:
– Señor, no sabemos a dónde vas: ¿cómo vamos a saber el camino?
Jesús le contestó:
– Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.
(Jn 14,1-6)

Jesús nos pide que no tengamos miedo. Él es el camino, la verdad y la vida. Nos indica que si nuestro corazón está lleno de Amor no debemos temer nada. Si Él está en nuestro corazón, estamos llenos de Amor, porque Él es Amor. Su Camino es el del Amor, el de la entrega total. Su Verdad es la del Amor auténtico. Su Vida es vivir en el Amor. 
Si lo tenemos con nosotros, nada debemos temer. Estamos llenos de Dios que es Amor.

"“Que no se turbe vuestro corazón”, comienza el Evangelio que meditamos hoy. Y sigue: “Creed en Dios y creed también en mi” […] “porque me voy a prepararos un lugar”. Esta lectura es muy utilizada en los funerales cuando despedimos a un ser querido, ya que Jesús nos asegura la continuidad de nuestra vida tras la muerte, concebida por nosotros como un tránsito, una puerta hacia la otra vida. Sin embargo, hoy queremos meditarla como un mensaje de Jesús para nuestro aquí y ahora, pues con frecuencia, los avatares de la vida nos roban la paz del corazón y la confianza en los valores que profesamos gracias a nuestra fe.
Perder la paz interior nos lleva a vivir los acontecimientos con violencia y de forma esquizofrénica, y se nota cuando entramos en esta espiral pagana, porque vivimos como si no tuviéramos fe. Los cristianos estamos llamados a resolver las situaciones de conflicto de otro modo: los problemas en la familia donde en ocasiones nos vemos desbordados en la relación con la pareja, los hijos, nuestros padres o hermanos; las tensiones en el trabajo con nuestros superiores, compañeros o subordinados; las toxicidades que a veces se producen entre nuestras amistades; el ambiente de desesperación ante situaciones de injusticia, guerra o corrupción social… No nos faltan problemas en nuestra vida, por eso Jesús nos dice hoy “que no se turbe vuestro corazón”.
Te propongo que pongas hoy en oración a todas las personas y situaciones que en la actualidad te turban, te quitan la paz. Ora con ellas y por ellas. Pídele a Jesús Resucitado que te de su paz para que puedas abordarlas de otro modo, con paciencia, con una mirada más calmada, con distancia, de modo que no causen negatividad en ti.
Recuerda que Él es nuestro Camino, Verdad y Vida."
(Juan Lozano cmf, Ciudad Redonda)

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