sábado, 21 de septiembre de 2019

MATEO EL PUBLICANO


"Al salir Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:
– Sígueme.
Mateo se levantó y le siguió.
Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa, y muchos cobradores de impuestos, y otra gente de mala fama, llegaron y se sentaron también a la mesa con Jesús y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos:
– ¿Cómo es que vuestro maestro come con los cobradores de impuestos y los pecadores?
Jesús los oyó y les dijo:
– Los que gozan de buena salud no necesitan médico, sino los enfermos. Id y aprended qué significan estas palabras de la Escritura: ‘Quiero que seáis compasivos, y no que me ofrezcáis sacrificios.’ Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores." 

En este texto Jesús llama a Mateo un publicano. Los publicanos eran odiados por el resto de los judíos. Se aprovechaban de su puesto para enriquecerse a costa de los demás. Jesús no sólo llama a uno de ellos a seguirlo, sino que entra en su casa y come rodeado de gente considerada pecadora. Ante las críticas, Jesús responde que Él está con los que le necesitan. Y nos invita a ser compasivos, a amar, antes que a ofrecer sacrificios. ¿Cuándo aprenderemos a estar junto a los que nos necesitan y no junto a los poderosos?  
"Hoy celebramos a san Mateo, a quien la tradición atribuye la composición del evangelio que lleva su nombre, y que tuvo amplia aceptación en las iglesias de entonces. Mateo era recaudador de impuestos, y por lo mismo gente de posición social y quizá adinerado. Su puesto de publicano estaría en Cafarnaum, y lo hace colaborador de la familia de Herodes Antipas; él sería uno de los motivos para acusar a Jesús de ser “ser amigo de prostitutas y publicanos” Jesús lo llamó a seguirlo y él dejó su oficio para hacerse discípulo. San Mateo encarna el mensaje de la salud que Dios oferta en Cristo Jesús. Entre las tareas evangelizadoras de la Iglesia, quizá uno de los pendientes sea la capacitación para leer y escribir las experiencias de la salvación. Leer y escribir significa para el creyente la posibilidad de relacionar conceptos e ideas, más allá de memorizar un credo. Leer y escribir representa tiempo para entender el propio caminar como un proyecto de fe, esperanza y amor; es oportunidad de encuentro fraternal y sororal para discernir y madurar el sentido de comunidad. Leer y escribir es condición para el liderazgo bautismal." (Koinonía) 

1 comentario:

  1. "Al salir Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:
    – Sígueme.
    Mateo se levantó y le siguió.
    Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa, y muchos cobradores de impuestos, y otra gente de mala fama, llegaron y se sentaron también a la mesa con Jesús y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos:
    – ¿Cómo es que vuestro maestro come con los cobradores de impuestos y los pecadores?
    Jesús los oyó y les dijo:
    – Los que gozan de buena salud no necesitan médico, sino los enfermos. Id y aprended qué significan estas palabras de la Escritura: ‘Quiero que seáis compasivos, y no que me ofrezcáis sacrificios.’ Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores."
    Quan aprendrem a estar al costat dels que ens necessiten i no al costat dels poderosos?
    més enllà de memoritzar un credo. Llegir i escriure representa temps per entendre el propi caminar com un projecte de fe, esperança i amor; és oportunitat de trobada fraternal i sororal per discernir i madurar el sentit de comunitat. Llegir i escriure és condició per al lideratge baptismal. "(Koinonia)

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