lunes, 2 de marzo de 2020

EL ANACORETA Y LA FÍSICA CUÁNTICA


El discípulo estaba triste y desanimado. Por eso le dijo al Anacoreta:
- Maestro. ¿Realmente sirve para algo nuestra vida solitaria y llena de sacrificios?
Frunció el ceño el Solitario y dijo con voz algo severa:
- No midas las cosas por su utilidad. Por si sirven o no. ¿Para qué sirve una flor?¿Qué pintan las hormigas a parte de molestarnos metiéndose en nuestra despensa?
Luego sonrió y le dijo:
- Resulta que la física cuántica nos ayuda a ser optimistas. Antes creíamos que para que una cosa actuara sobre otra, tenía que existir entre ellas una unión física. Pues resulta que no. Una modificación en una partícula produce otra modificación en otra partícula totalmente independiente. Cada vez se ve más el Universo como una unidad. O sea, que cualquier cosa buena que haces, redunda en beneficio de los demás. Eso, en religión, se llamaba Comunión de los Santos y Cuerpo Místico de Jesucristo.
Miró al discípulo a los ojos y continuó:
- Mira por dónde, ha de venir la física cuántica a recordarnos que formamos una Unidad y que entre todos contribuimos a la bondad del Universo. No nos damos cuenta, pero con nuestro amor, contribuimos a hacer de este mundo un lugar mucho mejor. Y lo estropeamos con nuestro odio y nuestra violencia...
Y se fueron a rezar Vísperas...  

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