jueves, 19 de marzo de 2020

EL ANACORETA Y LAS TRES TENTACIONES


Como era Cuaresma, Los Solitarios meditaban el evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto. El Anacoreta comentó:
- La Iglesia sigue sufriendo las mismas tentaciones: Olvidarse de buscar el Reino de Dios y buscar la satisfacción de sus intereses. Poner a Dios a su servicio y estar más preocupada por su imagen y su gloria que por anunciar a Jesús. Intentar dominar, buscar poder en la sociedad, en vez de repartir amor a manos llenas y anunciar la Buena Nueva...
Guardó un momento de silencio.
- Pero para nosotros, hoy hay tres tentaciones más peligrosas: Pensar en los obispos y curas cuando hablamos de Iglesia y olvidar que NOSOTROS somos Iglesia. Confundir Jerarquía con Iglesia. Utilizar la Jerarquía y la historia, a veces mediatizada, como excusa para mantenernos a un lado y no hacer nada. Como meditábamos el otro día, despreciar el agua cristalina porque el vaso está sucio. No ver la multitud de misioneros, curas, religiosos, laicos, que han luchado y luchan por mejorar el mundo. No ver a los cristianos anónimos que viven calladamente fieles al Evangelio. No ver a las viejecitas que depositan en la urna todo lo que tienen...
Volvió a guardar silencio y pasando el brazo por la espalda del discípulo añadió:
- Ser cristiano no es fácil. Por eso, consciente o inconscientemente, siempre buscamos excusas para desentendernos. Tenemos cuarenta días para ser auténticos Cristianos - y en voz baja le dijo - aunque a veces sea a pesar de la Jerarquía. Y si no lo conseguimos, pues a seguir luchando. Él está junto a nosotros...

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