martes, 3 de marzo de 2020

EL ANACORETA Y EL RELOJ


El Anacoreta tenía un viejo despertador. En realidad, siempre se despertaba antes de que sonara, pero le daba la tranquilidad de que si se dormía allí estaba él. Pero un día se paró. El discípulo, que era un "manitas" con las maquinarias, se lo pidió para intentar arreglarlo.
Cuando lo tenía desmontado, por más que lo intentó, no logró volver a montarlo. Con tristeza devolvió el despertador desmontado, dentro de una caja, al Anacoreta.
Este miró la caja y dijo:
- La suma de las partes no siempre es el todo.
El discípulo miró con extrañeza al Solitario, que prosiguió:
- En esta caja están todas las piezas del reloj, sin embargo, esto no es un reloj.
Hizo una pausa y añadió: 
- Lo mismo pasa con el hombre. Si no hay algo que unifica todas nuestras partes, no somos hombres. Somos biología, tenemos un cuerpo formado por materia. Somos psique, emociones, sentimientos...Somos inteligencia, razonamos, pensamos...Pero si descuidamos la dimensión espiritual...dejamos de ser hombres. Este es el gran problema de nuestra sociedad. Avanzamos en el dominio de nuestro cuerpo; estudiamos la inteligencia emocional; razonamos y analizamos todo; pero...si descuidamos la dimensión espiritual, somos una caja llena de piezas...
Y se fue a regar el pequeño huerto... 

1 comentario:

  1. Avanzamos en el dominio de nuestro cuerpo; estudiamos la inteligencia emocional; razonamos y analizamos todo; pero...si descuidamos la dimensión espiritual, somos una caja llena de piezas...
    Y se fue a regar el pequeño huerto...

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