viernes, 28 de julio de 2023

EL SEMBRADOR

 

Oíd, pues, lo que significa la parábola del sembrador: Los que oyen el mensaje del reino y no lo entienden, son como la semilla que cayó en el camino; viene el maligno y les quita el mensaje sembrado en su corazón. La semilla que cayó entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y al pronto lo reciben con gusto, pero, como no tienen raíces, no pueden permanecer firmes: cuando por causa del mensaje sufren pruebas o persecución, fracasan en su fe. La semilla sembrada entre espinos representa a los que oyen el mensaje, pero los negocios de este mundo les preocupan demasiado y el amor a las riquezas los engaña: todo eso ahoga el mensaje y no le deja dar fruto en ellos. Pero la semilla sembrada en buena tierra representa a los que oyen el mensaje y lo entienden, y dan una buena cosecha: son como las espigas que dieron cien, sesenta o treinta granos por semilla.


El otro día meditamos ya esta parábola. recordemos lo que dijimos:
"Dios siembra generosamente. La semilla cae en muchos lugares. De eso dependerá los frutos. En esa siembra del Padre nosotros somos la tierra. Debemos esforzarnos por ser buena tierra. Debemos sacar de nosotros las piedras, los cardos. Ser tierra profunda, no superficial. Dar fruto no depende de nuestra inteligencia, ni de nuestro poder...Depende de ser profundos y eliminar en medida de lo posible, el mal de nuestras vidas. Ser tierra acogedora de Dios y de nuestros hermanos."
Os pongo también este texto del Papa Francisco:

 "En la historia de la humanidad, como en cada una de nuestras vidas, hay una mezcla de luz y sombras, amor y egoísmo. El bien y el mal están incluso entrelazados hasta el punto de parecer inseparables. Este enfoque realista nos ayuda a ver la historia sin ideologías, sin optimismo estéril ni pesimismo venenoso. Los cristianos, motivados por la esperanza de Dios, no son pesimistas; tampoco viven ingenuamente en un cuento de hadas, fingiendo no ver el mal y diciendo que todo está bien'. No, los cristianos son realistas: saben que hay trigo y malas hierbas en el mundo. Mirando sus propias vidas, reconocen que el mal no sólo viene del 'exterior', que no siempre es culpa de los demás, que no hay necesidad de 'inventar' enemigos contra los que luchar para evitar mirar dentro de sí mismos. Se dan cuenta de que el mal viene de dentro, en la lucha interior que todos experimentamos. - Papa Francisco (de una homilía, 23 de julio de 2023)

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