miércoles, 26 de marzo de 2025

CUMPLIR LA LEY

 


No penséis que yo he venido a poner fin a la ley de Moisés y a las enseñanzas de los profetas. No he venido a ponerles fin, sino a darles su verdadero sentido. Porque os aseguro que mientras existan el cielo y la tierra no se le quitará a la ley ni un punto ni una coma, hasta que suceda lo que tenga que suceder. Por eso, el que quebrante uno de los mandamientos de la ley, aunque sea el más pequeño, y no enseñe a la gente a obedecerlos, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedezca y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos.
(Mt 5,17-19)

El texto de hoy parece en contradicción con otros del evangelio, en que Jesús ataca a los escribas y fariseos por ser legalistas y olvidar la espiritualidad. Cuando Jesús nos dice que hay dos mandamiento: amar a Dios sobre todas las cosas y a los demás como a nosotros mismos, no está negando los mandamientos, sino resaltando su verdadero sentido. Amar a Dios sobre todas las cosas es el espíritu de los primeros mandamientos. Amar al prójimo es el espíritu de los demás. No podemos amar al otro si no respetamos a los padres, si mentimos, si los utilizamos como objetos, si robamos... Esos dos mandamientos de Jesús son precisamente el cumplimiento de la ley y los profetas.

" (...) Jesús asegura que no vino a abolir todo eso de la Antigua Alianza, sino más bien a cumplirlo. Pero a veces parece que se ha tirado al niño con el agua del baño… Lo antiguo, lo viejo, el “Dios del Antiguo Testamento” parece que tiene que dar paso a otra cosa. Y entonces, ya no va a hacer falta transmitir todos esos mandamientos que a algunos se les pueden hacer impositivos u opresivos. No hace falta la memoria, y casi una forma de inteligencia derogada o, en casi el peor de los casos, “superada”. Pero, ¿es acaso más inteligente matar a un bebé no nacido, mentir en negocios o en doble vida, desear lo del prójimo, envidiar hasta extremos violentos, hablar soezmente, abandonar a los padres, entretenerse con la pornografía, robar y defraudar? Si se escuchan las noticias de cada día podría parecer que los poderes de este mundo se ceban y se agrandan en estas prácticas… y que van ganando. Y que, quizá a menor escala, pero no menos gravemente, cada persona que se deja llevar por esas corrientes también va ganando. Y sin embargo, la sabiduría e inteligencia que promete el Antiguo Testamento es la misma que afirma Cristo: “Los que cumplen estos mandamientos serán los más grandes en el Reino”.
¿A quién haremos caso? Como hijos de una era de enormes avances tecnológicos y progresos humanos, podríamos pensar que lo nuestro es superar la antigua ley y vivir con más libertad. Como cristianos, hoy parece decírsenos que esa superación más bien nos embrutecería y haría menos sabios, más torpes, e incluso menos humanos. Cristo ha venido para que se cumpla lo que es verdadero, bueno y bello. Y, como Moisés en el Antiguo Testamento, nos lo pone delante. La elección es nuestra. Quizá sea mejor no ser desmemoriados."
(Carmen Aguinaco, Ciudad Redonda)

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