martes, 18 de marzo de 2025

LOS "PEQUEÑOS" GRANDES

 


Después de esto, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: Los maestros de la ley y los fariseos son los encargados de interpretar la ley de Moisés. Por lo tanto, obedecedlos y haced todo lo que os digan. Pero no sigáis su ejemplo, porque dicen una cosa y hacen otra. Atan cargas pesadas, imposibles de soportar, y las echan sobre los hombros de los demás, mientras que ellos mismos no quieren tocarlas ni siquiera con un dedo. Todo lo hacen para que la gente los vea. Les gusta llevar sobre la frente y en los brazos cajitas con textos de las Escrituras, y vestir ropas con grandes borlas. Desean los mejores puestos en los banquetes, los asientos de honor en las sinagogas, ser saludados con todo respeto en la calle y que la gente los llame maestros.
Pero vosotros no os hagáis llamar maestros por la gente, porque todos sois hermanos y uno solo es vuestro Maestro Y no llaméis padre a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el que está en el cielo. Ni os hagáis llamar jefes, porque vuestro único Jefe es Cristo. El más grande entre vosotros debe servir a los demás. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.
(Mt 23,1-12)

Jesús nos presenta un cambio de valores. Para nosotros, ser más, sobresalir, triunfar ante los demás, es lo importante. Para Jesús lo importante es servir a los demás. Dar vida a nuestro alrededor. No importan los títulos, padre, maestro...sino ser. Hacernos pequeños es lo que nos engrandece. Tenemos muchos ejemplos en la historia de personas que han querido ser más que los demás, que han oprimido a los otros...Todos sabemos como han acabado. Pero no aprendemos. 

"Lo del reino de Dios de que tanto habla Jesús es la caraba. Es una expresión que usaba mi madre y la caraba, según el diccionario de la Real Academia significa, “ser fuera de serie, extraordinario, tanto para bien como para mal”. Digo que es la caraba lo del Reino porque es algo que no entra dentro de lo que es nuestra forma de entender ni actuar. El Reino supone una inversión total de la forma que tenemos las personas de entender la relación en nuestras sociedades. Es totalmente revolucionario en el mejor de los sentidos. Se pone lo de arriba abajo y viceversa.
Empecemos por el final del texto del Evangelio de hoy: “El primero entre vosotros sea vuestro servidor”. Lo que sucede entre nosotros es que el primero se suele servir de nosotros, que no es lo mismo. Y luego podemos ir subiendo por el texto para encontrar otras afirmaciones sorprendentes: no os dejéis llamar maestros porque uno solo… no llaméis padre a nadie en la tierra porque uno solo… no os dejéis llamar “rabbí” porque uno solo… Y termina ya con lo más difícil: todos vosotros sois hermanos (a esto le respondería un amigo que sí, que todos somos hermanos pero unos más y otros menos).
Es curioso que con unas afirmaciones como éstas de Jesús, tan claras y tan contundentes, hayamos terminado diciendo que nuestra iglesia es jerárquica por definición. Hemos terminado afirmando exactamente lo contrario de lo que decía Jesús. Y hemos organizado jerarquías y órdenes y protocolos e importancias. Da para pensar todo esto.
Pero como no vamos a cambiarlo todo de golpe, si que nos podemos quedar con algo: si queremos ser fieles a Jesús no tenemos otro camino que ponernos al servicio de todos. No solo de nuestros hermanos de fe, sino de todos, independientemente de credo, ideología, raza, lengua, o lo que sea que nos pueda diferenciar y marcar fronteras entre unos y otros. Porque, como dice Jesús, todos somos hermanos. Y no hay mejor forma de construir el reino de Dios que poniéndonos al servicio de nuestros hermanos y, sobre todo de los más necesitados y pobres."
(Fernando Torres cmf, Ciudad Redonda)

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