martes, 24 de enero de 2012

CREER, PERO NO.


Esta frase nos hace pensar en los agnósticos, pero no es tan simple. El agnóstico dice que la razón no puede llegar a conocer a Dios. Que le gustaría creer, pero no. Buscan, querrían encontrar, pero no encuentran. Pero no todos los agnósticos responden a este patrón. Hoy nos encontramos el agnóstico que no conoce, porque ,sencillamente, no quiere conocer. No se hace la pregunta sobre Dios. No la considera una cuestión que le interese.
Pues bien, ese patrón también lo encontramos entre los creyentes.
Tenemos al creyente que busca, que se pregunta, que duda...La diferencia con el primer agnóstico radica en que no abandona. No cree porque la razón le de certezas, sino que se "fía", acepta que la razón no es la única forma de conocimiento. ¿Acaso nos enamoramos con la razón?¿Nos gusta una melodía racionalmente?¿Analizamos un paisaje científicamente para sentirnos unidos a él?
Pero también tenemos el cristiano que no se hace preguntas. Cree unos dogmas, cumple unas normas, realiza unos ritos, porque dice que es su obligación. No se hace preguntas, no se cuestiona.
Quizá en el agnóstico que ni siquiera considera la cuestión sobre Dios y el creyente que no busca, que lo da todo por respondido, existe el mismo problema: el miedo. Miedo a tener que cambiar de vida. Miedo a comprometerse. Miedo a correr el riesgo de tomar decisiones y quizá equivocarse...Desgraciadamente, estos dos tipos que no se hacen preguntas, son hoy día los más abundantes. La sociedad de la información nos da las respuestas. Vivir sin hacerse preguntas, es la forma de evitar los problemas. Vivir cerrando los ojos, es la manera de "ser felices". Creer ciegamente nos permite reducir nuestra espiritualidad a unas ideas y unas prácticas. El resto de nuestra existencia queda libre...
Karl Rahner llamaba a los agnósticos buscadores, honestos, pero que no encuentran, "cristianos anónimos". A ellos no les gusta que se les llame así. Se sienten manipulados. Pero la realidad es, que están mucho más cerca del creyente que busca, que cree, no porque tiene certezas, sino porque se "fía" de Dios. Esa es la Fe capaz de cambiar nuestra vida, de hacer del mundo, un mundo mejor. Es la que hace que Reino ya esté aquí...Desgraciadamente, estos, son los menos numerosos...O al menos eso parece...

6 comentarios:

  1. Hola Joan Josep.
    Yo intento fiarme de Dios, a través de la lucha diaria.
    Fiarme de El, para que me de fuerzas para mejorar el día a día.
    Sabes, yo hace años también dudé, incluso dejé de practicar y cuando Lo volví a buscar, mi fe se hizo más uténtica.
    Una abraçada germà, Montserrat

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  2. Estoy de acuerdo contigo, Joan. Por mi propia experiencia personal, puedo hablar del creyente que se pregunta, que se cuestiona cosas, que observa algunas que no parecen tener sentido tal y como se las han venido contando o que incluso están fuera de toda duda. Y te prometo que a veces el lío mental puede ser de padre y muy señor mío. A mi me ha gustado siempre hacerme preguntas e invito a mis amigos a que se las hagan. Pero es verdad que para ello hay que ser muy valiente y albergar la posibilidad de cambiar o de tener que enfrentarse a cosas con las que no nos habríamos encontrado si no nos hubiésemos preguntado previamente. Saludos.

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  3. Cuando te empiezas a preguntar... es cuando de verdad empiezas a intuir que Él está cercano. Solo pido que mis dudas siempre estén ahí, porque solo así podré tener la valiente decisión de acercarme a la esperanza de Jesús resucitado.
    Un beso desde el viejo Reyno.

    Aiara

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  4. Me cuesta tanto creer en que las personas no se interroguen sobre la parte espiritual,o llamándolo de otra manera,por el existencialismo!!
    NO sé,Joan es posible?
    Prefiero creer que se piensa y no se encuentra respuesta adecuada a cada pregunta o tal vez encuentren su respuesta.
    LA sociedad dice que no pensemos..sonrío,eso es como una dictadura:"no pienses porque el que piensa es peligroso.Se rebela,se hace preguntas y actúa"
    Besucos

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  5. Se puede creer en algo basandose en "me fio" ?
    Joan, si uno no se hace preguntas, no se plantea la posibilidad de estar equivocado, la necesidad de ir más allá de lo que simplemente te dijeron, que no enseñarón... creo en la coherencia entre lo que veo y escucho. Y dejo mis puertas, siempre, abiertas.

    Has olvidado a los que lo tienen todo claro y miran por encima del hombro, juzgando ? jjajajaja esos, si, esos son los que me gustan y abren mis ojos.
    Me voy a dormir que ya es hora.
    Un besoooooooooo

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  6. Hace muchos años yo fui de las que decidió dejar de lado todo lo relativo a la religión, no me gustaba lo que veía, lo que me decían y como se hacían las cosas y sin pensármelo más lo aparqué todo. Era cierto que no me gustaban cómo estaban las cosas, pero me resultó más cómodo aparcarlo todo sin preguntarme nada y sin buscar nada más, aunque seguía diciendo que yo creía pero no practicaba, esa frase que se dice tanto y que yo nunca entendí, me encontré diciéndola yo misma

    Después de muchos años, y para cumplir un deseo de mi padre, empecé a conocer gente nueva y posteriormente, cuando él nos dejó, empecé a hacerme preguntas, algo que no he dejado de hacer desde entonces y mi vida dio un vuelco total en todos los sentidos

    Hoy sigo haciéndome preguntas, sigo cuestionando las cosas que no entiendo y algunas veces, simplemente creo, no analizo porque no llegaría a entender, puede decirse que entonces simplemente "me fío", tengo fe

    Un abrazo y perdona por el "rollo" que he soltado

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