sábado, 20 de enero de 2018

ENTREGA TOTAL


"Después entró Jesús en una casa, y se juntó de nuevo tanta gente que ni siquiera podían comer él y sus discípulos. Al saber que estaba allí, los parientes de Jesús acudieron a llevárselo, pues decían que se había vuelto loco."

Jesús se entregó plenamente a los demás. Tanto, que nos dice el evangelio, que no tenía ni tiempo para comer. Sus parientes creyeron que había perdido el juicio.
Si nos entregamos en cuerpo y alma a los demás, lo más seguro es que seamos unos incomprendidos. Que nos tachen de locos.
Sucedió cuando yo tenía veinte años. Es decir, hace cincuenta. Participé en un Capítulo de Distrito como representante de los jóvenes que no teníamos votos perpetuos. El Hermano Adriano Trescents ya había empezado su trabajo con los más desfavorecidos, delincuentes, drogadictos, prostitutas... Un alto superior dijo que Adriano había perdido el juicio. Sólo unos cuantos nos indignamos y nos revelamos ante esa afirmación. Hasta su muerte, siguió teniendo personas que dudaban de él y no aceptaban su trabajo. Como  Jesús,  entregarse totalmente a los demás, dedicarse a los que nadie se dedica, no es aceptado por la sociedad. Se lo califica de locura. Pero esa es la auténtica forma de ser verdaderos discípulos de Jesús.  



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