viernes, 5 de enero de 2018

ÉL NOS CONOCE


"Al día siguiente, Jesús decidió ir a la región de Galilea. Encontró a Felipe y le dijo:
– Sígueme.
Felipe era del pueblo de Betsaida, de donde también eran Andrés y Pedro. Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo:
– Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en los libros de la ley, y de quien también escribieron los profetas. Es Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.
Preguntó Natanael:
– ¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret? 
Felipe le contestó:
– Ven y compruébalo.
Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo:
– Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño.
Natanael le preguntó:
– ¿De qué me conoces?
Jesús le respondió:
– Te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera. 
Natanael le dijo:
– Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel! 
Jesús le contestó:
– ¿Me crees solamente por haberte dicho que te vi debajo de la higuera? ¡Pues cosas más grandes que estas verás!
Y añadió:
– Os aseguro que veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."

Jesús, como veremos el próximo domingo, se bautiza en el Jordán, en el sur. Lo lógico es que hubiese marchado a Jerusalén, a Judea, donde estaban los doctores de la ley, los sacerdotes más importantes, la gente influyente. Sin embargo, como nos diría el Papa Francisco, se marcha a la periferia, a Galilea, tierra pobre y de gente poco creyente. Es allí donde acabará de formar su grupo de discípulos y donde empezará a curar y a transmitir la Buena Nueva.
El evangelio de hoy nos ayuda a reflexionar sobre la vocación. Vemos que Dios se sirve de las personas para llamarnos a seguirlo. Felipe va en busca de Natanael. Otra reflexión nos la da la respuesta de Natanael: ¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret? Nunca debemos prejuzgar a los demás. Aquél que despreciamos, seguro que es mayor y mejor que nosotros. Y finalmente, así como Jesús ha dicho a Felipe: "Sígueme", la conversación de Jesús con Natanael, nos muestra que es Él quien nos elige a nosotros, porque Él conoce hasta lo más íntimo de nosotros. Nos ve "debajo de la higuera". No nos queda más remedio que caer rendidos a sus pies y seguirlo. 


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