sábado, 10 de febrero de 2018

UNA HUMANIDAD HAMBRIENTA


"Un día en que de nuevo se había juntado mucha gente y no tenían nada que comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
– Siento compasión de esta gente, porque ya hace tres días que están aquí conmigo y no tienen nada que comer. Y si los envío en ayunas a sus casas pueden desfallecer por el camino, porque algunos han venido de lejos.
Sus discípulos le contestaron:
– ¿Pero cómo se les puede dar de comer en un lugar como este, donde no vive nadie?
Jesús les preguntó:
– ¿Cuántos panes tenéis?
– Siete – dijeron ellos.
Mandó entonces que la gente se sentara en el suelo, tomó en sus manos los siete panes y, habiendo dado gracias a Dios, los partió, los dio a sus discípulos y ellos los repartieron entre la gente.Tenían también unos cuantos peces; Jesús dio gracias a Dios por ellos, y también mandó repartirlos. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y llenaron todavía siete canastas con los trozos sobrantes. Los que comieron eran cerca de cuatro mil. Después de esto, Jesús los despidió, subió a la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta."

Jesús nos ha ido mostrando estos días, que debemos eliminar de nuestra espiritualidad todo aquello que es rutinario, sin vida, y todo aquello que separa a los hombres.
Esta segunda multiplicación se produce en territorio pagano y nos muestra la universalidad del amor de Jesús. Le importa el hambre de toda la humanidad. Hambre espiritual, pero también hambre física. Aquí nos habla de siete panes. El siete, número que significa plenitud. Y se recogen siete canastas de "sobras". Nos indica que hemos de dar de comer a todos y que, con lo que sobra, podemos también compartir con todos.
La multiplicación de los panes se asocia siempre a la Eucaristía. Por desgracia, hemos perdido en la Eucaristía ese aspecto de unión, de compartir. Si realmente al comulgar fuésemos conscientes de lo que hacemos, no dejaríamos a nadie morir de hambre, ni espiritual ni física, en el mundo. La Eucaristía nos une a todos en Jesús y  nos hace hermanos. ¿Lo pensamos cada domingo cuando nos reunimos alrededor del altar? Si convertimos la Eucaristía en un mero rito, no nos extrañemos de que nuestras iglesias se vayan quedando vacías.  



2 comentarios:

  1. COM ES POT DONAR DE MENJAR EN UN LLOC ON NO VIU NINGÚ?...
    -...QUANTS PANS TENIU?
    -SET...
    MANÀ S'ASSEGUESSIN i que els repartissin els pans i els peixets...I en sobraren 7 cabassos.
    Pare Nostre.

    ResponderEliminar