martes, 28 de noviembre de 2017

VIVIR CON ESPERANZA


Algunos estaban hablando del templo, de la belleza de sus piedras y de las ofrendas que lo adornaban. Jesús dijo:

– Vienen días en que de todo esto que estáis viendo no quedará piedra sobre piedra. ¡Todo será destruido! 
 Preguntaron a Jesús:
– Maestro, ¿cuándo ocurrirán esas cosas? ¿Cuál será la señal de que ya están a punto de suceder?
Jesús contestó:
- Tened cuidado y no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos haciéndose pasar por mí y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘Ahora es el momento’, pero no los sigáis. Y cuando oigáis alarmas de guerras y revoluciones no os asustéis, pues aunque todo eso tiene que ocurrir primero, aún no habrá llegado el fin. 
Siguió diciéndoles:
- Una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro; en diferentes lugares habrá grandes terremotos, hambres y enfermedades, y en el cielo se verán cosas espantosas y grandes señales."

La primera lectura e hoy nos habla del sueño de Nabucodonosor, la gran estatua que se derrumba. Jesús, en el evangelio, les dice a sus seguidores que miraban la belleza del templo, que no quedaría piedra sobre piedra. Habla de los últimos tiempos. Sus palabras se han utilizado a lo largo de la historia para decir que llega el fin del mundo. En todos los siglos ha habido guerras, revoluciones, desastres naturales...En realidad el fin del mundo, para cada uno de nosotros, es el día de nuestra muerte. No debemos dejarnos engañar por falsos profetas. A Jesús lo encontramos en la Palabra y en los que sufren, los necesitados. No debemos dejarnos engañar. Koinonia comenta este pasaje con estas palabras:
 "El evangelista Lucas, evocando una serie de dichos de Jesús, trasmite en lenguaje apocalíptico, un mensaje de resistencia y esperanza actual, como lo fue para la comunidad de su tiempo y lo es para la comunidad humana hoy. Joao Guimarães Rosa, escritor brasileño en su novela prima El gran Sertón Veredas, trasmite un primer rasgo que se trasluce en los dichos de Jesús: hay que vivir la vida con lucidez y sentido del peligro. No podemos dejarnos llevar por la demagogia de “los políticos en acción” o de la opulencia religiosa. Corremos el riesgo de dar culto al mesías político de turno, al bienestar económico, a la farándula o “reality show” que defienden a toda costa la competencia por el dinero y el prestigio. El segundo rasgo, tiene que ver con la capacidad de afrontar la vida con esperanza y firmeza de fe a pesar de los obstáculos, rechazos que podamos padecer. Son éstos los signos de que la causa de Jesús acontece en nuestra vida personal y comunitariamente."   

1 comentario: