viernes, 17 de noviembre de 2017

SALVAR LA VIDA


"Como sucedió en tiempos de Noé, sucederá también en los días en que venga el Hijo del hombre. La gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca, cuando llegó el diluvio y todos murieron. Y lo mismo pasó en los tiempos de Lot: la gente comía y bebía, compraba y vendía, sembraba y construía casas; pero cuando Lot salió de la ciudad de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y todos murieron. Así será el día en que se manifieste el Hijo del hombre.
Aquel día, el que se encuentre en la azotea y tenga sus cosas dentro de la casa, que no baje a sacarlas; y el que esté en el campo, que no regrese a su casa. ¡Acordaos de la mujer de Lot! El que trate de salvar su vida la perderá, pero el que la pierda, vivirá. 
Os digo que aquella noche estarán dos en una misma cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán. Dos mujeres estarán moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán. 
Le preguntaron entonces:
– ¿Dónde ocurrirá eso, Señor? 
Y él les contestó:
– Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres."

El texto de hoy no es fácil. Jesús, o el evangelista que nos lo cuenta, emplea el lenguaje apocalíptico. Pero hay dos cosas con las que debemos quedarnos:
  • La importancia del momento presente, que es el único que podemos controlar. El tiempo no está en nuestras manos. Por eso se trata de vivir con intensidad cada momento. De llenar nuestros instantes de amor.
  • Para salvar nuestra vida, debemos desprendernos de todo y dejarnos en manos de Dios. Sólo Él puede salvarnos.
Perdemos mucho tiempo de nuestra vida proyectando cosas y olvidamos vivir el presente.
Vivimos agarrados a demasiadas cosas, que lo único que hacen es impedirnos caminar hacia adelante. 

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