martes, 3 de mayo de 2022

CONOCER AL PADRE

 


En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto." Felipe le dice: "Señor, muéstranos a] Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí.. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré."


Hay una sola manera de conocer al Padre: La Palabra, es decir Jesús. Quién conoce a Jesús, conoce al Padre. Jesús es Amor, misericordia, entrega, perdón, ayuda...Todo eso es Dios. Pero aún hay más. Jesús está presente en el pobre, el necesitado, el perseguido...Es ahí donde encontramos a Dios. Amando al pobre, al necesitado, al perseguido...estamos amando a Dios. 

"Antes de retornar al Padre, Jesús responde a las dudas de los discípulos. No han asimilado lo que implica la misión y el seguimiento, tienen miedo de distraerse o perderse. Jesús invita a la comunidad a descubrirlo como «camino, verdad y vida». Es decir, siguiendo a Jesús no se pueden perder, porque él los conduce a la vida plena. El mapa que el cristiano debe seguir no son ritos, normas o leyes, sin más; seguimos a una persona, Jesús. Pero, Jesús no es la meta final del camino: es un puente que conecta con el Padre. El propósito último del camino es, por lo tanto, el Padre y su proyecto, el Reino. Es importante entender eso, porque muchos cristianos transforman a Jesús en el fin, y por eso se construyen una visión mágica de Jesús sin la causa. El cristianismo no se puede desligar del Reino, el proyecto liberador del Padre que abarca a toda la humanidad. ¡Recuerda que tus pequeños gestos de amor cambian el mundo! " (Koinonía)

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