jueves, 5 de mayo de 2022

SER PAN

 


En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios." Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo."

Nosotros, como discípulos de Jesús, debemos ser alimento para los demás. Personas, que con nuestro amor, ayudemos a los demás a acercarse al Padre, que les demos fuerzas para recorrer en comunidad el camino de la vida.

"Cuando nos disponemos a tener un día de aventura o paseo, echamos en una bolsa o mochila lo indispensable: ropa adecuada, agua y algo para comer. Los antiguos peregrinos cargaban consigo un pan que les duraba para varios días: el viaticum, provisión para el camino. Sucesivamente, el viático pasó a significar la Eucaristía que se ofrecía a la persona moribunda como alimento que la acompañaría en el último viaje hacia Dios. En el evangelio de este día, Jesús afirma ser ese «pan de vida», no como el maná de los hebreos en el desierto, que no les sació el hambre de sentido e igual murieron. Jesús, por lo contrario, con su muerte redentora permite a la comunidad discipular vivir satisfecha en él. Comulgar la Eucaristía no es, por lo tanto, un hecho mágico sino comunión con la vida, el testimonio y el proyecto liberador. Estás llamado a hacer de tu vida una eucaristía viva, ser otro “Cristo” para que la misión continúe, ahora, por nuestro medio. ¿Sabes ser pan partido y compartido para los demás? " (Koinonía) 

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