miércoles, 15 de abril de 2020

EL ANACORETA Y LA SANTIDAD


El Anacoreta y su discípulo contemplaban una bella puesta de sol. El discípulo dijo:
- ¡Qué santidad la de los misioneros que entregan su vida en países llenos de peligros o la de aquellas personas que se dedican a curar leprosos y enfermos contagiosos.
Esperó unos instantes el Anacoreta y respondió:
- La santidad no consiste en dejarse matar ni en besar leprosos. La santidad consiste en cumplir la Voluntad de Dios.
Miró extrañado el discípulo a su maestro, ya que siempre le hablaba de la entrega. Preguntó:
- ¿Entonces los mártires no son santos?¿Los que entregan su vida no son santos?
Sonrió el Anacoreta y respondió:
- No he dicho eso. El misionero es santo si el serlo es la voluntad de Dios y no su capricho o sus ganas de destacar, de ser diferente...A algunos, ciertamente, Dios les pedirá ser héroes. Pero a la mayoría nos pide amar a los que están a nuestro alrededor: nuestra familia, nuestros compañeros de trabajo, nuestros amigos, nuestros vecinos...Verlo a Él en el prójimo. Y esto, no vayas a creer que a veces es realmente heroico.
Y siguieron contemplando la puesta de sol...

1 comentario:

  1. Pero a la mayoría nos pide amar a los que están a nuestro alrededor: nuestra familia, nuestros compañeros de trabajo, nuestros amigos, nuestros vecinos.

    ResponderEliminar