martes, 8 de diciembre de 2009

UNA PÁGINA EN BLANCO...


"El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una viergen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: 'Alégrate, llena de gracia, el Señor estaá contigo, bendita tú entre las mujeres'. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: 'No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin'. María dijo al ángel: '¿Cómo será eso, pues no conozco varón?' El ángel le contestó: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible'. María contestó: 'Aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra'. Y la dejó el ángel."


Esta festividad la encontramos en medio del tiempo de Adviento. Coloca a María en su lugar: en la historia de la Salvación.

Más de uno se preguntará que, ante las miserias, injustícias, desastres que nos rodean, qué hago hablando de la Virgen.

María, lejos de esa figura almibarada en la que la hemos convertido, es el modelo del auténtico discípulo. Es la figura de ese héroe que no nos atrevemos a ser. María, con su SÍ, le entrega una hoja en blanco a Dios para que escriba en su vida lo que quiera. Y eso, precisamente, es lo que nosotros no queremos que ocurra. Queremos escribir nosotros...Es más, consideramos, que dejarnos en manos de la voluntad de Dios es esconder la cabeza bajo el ala.

Quizá no hemos entendido qué es aceptar la voluntad de Dios y lo confundimos con lo que no es: quedarnos indiferentes ante el dolor ajeno, rezar por los otros pero no mover un dedo por ellos. O creernos que nosotros solos lo podemos resolver todo...

Dejar que Dios escriba en nuestra página no es quedarse sentado, sino estar preguntándose siempre qué es lo que nos pide. Qué es lo que debemos hacer en cada momento... Y no escaquearnos mirando hacia otro lado cuando lo que hay escrito es demasiado exigente.

María acaba de dar el SÍ y marcha corriendo a las montañas a ayudar a Isabel. Y María pasará el calvario de ver a su hijo hacer y decir cosas incomprensibles. Ver como unos lo alaban y otros lo insultan. Verle ir directamente a una muerte ignominiosa sin poder hacer nada y...estar al pie de la cruz en la que muere su hijo.

El mundo es complejo y difícil. Nosotros no somos perfectos. Pero, a pesar de nuestros defectos, hay personas que, como María, dejan escribir a Dios en su página y dedican su vida a estar junto a drogadictos. Queman sus días en un país lejano junto a gentes olvidadas. Cuidan y aman a un hijo deficiente mental. Luchan por rehabilitar la gente de un suburbio...Con misa o sin misa.

Ciertamente al lado estamos los que sólo hablamos, con la Biblia o el Libro Rojo de Mao en la mano. Da lo mismo. Quizá un día miraremos nuestra página en blanco y nos decidiremos a vivir lo que Dios ha escrito en ella.

Que María nos ayude a hacerlo.

5 comentarios:

  1. Curiosamente, el otro día leía un artículo en que a algunos cristianos concienciados y activos se les llamaba radicales. Al pronto me enfadé, pero después pensé en dedicarles un "olé" estilo andaluz. Pues son esas personas a las que no importa lo que digan de ellas, las que leen y actúan según esa página en blanco de que nos hablas, los verdaderos testigos de María y de Jesús en el mundo.
    Un abrazo
    Pablo

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  2. Como hizo ella, hay hermanos que aman, luchan y cuidan a los demás. Lo hacen con el amor que se entrega y se satiface. María plena de gracia, nos enseña que si la alegría no renace en el corazón, amar no es suficiente.

    Hermosa entrada, Joan. En el día de la Inmaculada.
    Yam

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  3. Siempre he dicho, que nuestra vida es un libro en blanco que se nos ofrece, y que nosotros hemos de escribirlo; Páginas en blanco siepre quedaran, ellas serán el aprendizaje diario... pero de nosotros depende la caligrafía utilizada para llenarlas.
    Poco importa lo que digan si nuestras conciencias y sentimientos estan en paz; Poco importa si hay misa o no, o si es el libro rojo, la biblia o el coran; Lo que de verdad importa, es que existan personas que crean y al menos intenten luchar por lo que sienten, con la bondad del corazón y sin maldad.
    Lo demás,sinceramente, esta demás.

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  4. En algún momento se entrregó esa hoja en blanco, pero... de eso hace tanto tiempo.....
    ¿Miedo, comodidad, cansancio....?
    Realmente es mucho más fácil escribir nosotr@s las páginas en blanco de nuestro libro, pensar, hablar, escuchar, pero.... a la hora de leer lo que nos escribe... se me olvidaron las gafas.........

    Abrazos

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  5. No sabes lo mucho que me agrada el que esta entrada quede oculta por la ultima que has colgado.... Puedo dejar mi comen con mayor libertad.
    El día que hice la comunión (10 años), mi madre, me trajo a la puerta del colegio una pequeña cajita. En su interior había una finísima esclava con mi nombre y la fecha de mi nacimiento. Colgaba un horóscopo con el géminis y la cualidad que me corresponde por nacer bajo ese signo: Inocencia.
    ¿ Puedes creer que me cogí un cabreo supino? Inocente yo¡¡¡ Yo, que tanto “sabia” y con la cantidad de cosas que habían pasado por “encima” de mi ¡¡
    Ya ves, hoy, sonrío ante aquella “sabiduría” y soy consciente de que, si bien fueron de mi puño y letra algunos párrafos de lo vividos hasta hoy, el resto, lo escribieron otras manos, y, por supuesto, la dirección del guión ... estaba fuera de nuestro control humano.
    Joan , todos damos un Si. Todos pasamos por ese momento de virginidad con el que comenzamos nuestra pagina en blanco.

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